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Tras los excesos previos, el endeudamiento de los hogares españoles converge con los europeos

El extraordinario nivel de endeudamiento de las familias españolas frente al de sus homólogas europeas cuando emergió la crisis financiera (que estuvo asociado a una extraordinaria adquisición de activos inmobiliarios) ha devenido en una convergencia hacia sus niveles medios. De hecho, en estos últimos años se sitúa incluso por debajo, después del gran desapalancamiento acaecido tras dicha crisis. En efecto, los pasivos financieros de las familias llegaron a representar el 140% de su renta bruta disponible (muy por encima de cualquier referencia europea y mundial), cuando a principios de siglo se situaban en torno al 80%.

 

Hoy en día, con tasas del 90%, las familias españolas se sitúan en una posición comparativamente cómoda frente a nuestros homólogos europeos (la tasa media de la eurozona es del 107%). El nivel de deuda de las familias españolas actualmente no es, ni tiene visos de ser, un elemento diferencial frente a los países de nuestro entorno.

 

De todos modos, el nuevo escenario de tipos de interés que emergió a inicios de 2022 añade un mayor potencial de tensión a la vulnerabilidad de los hogares más endeudados, que se concentran, como por otra parte es natural, en los de menor renta y más jóvenes. De acuerdo con estimaciones del Banco de España sobre la base de la EFF, teniendo en cuenta que el principal tipo de referencia para la deuda hipotecaria (Euribor a doce meses) ha pasado bruscamente en los dos últimos años de niveles del -0,5% al 4,2%, se puede inferir el porcentaje de hogares con elevada carga financiera neta podría acercarse a un preocupante 15%. Cierto es, en todo caso, que con unas condiciones macroeconómicas y de desequilibrios muy diferentes a las de entonces.