Dependencia bancaria en el ahorro financiero de los hogares
Ya hemos visto cómo en los activos de los hogares españoles dominan de forma estructural los de naturaleza inmobiliaria, incluyendo en ellos tanto la vivienda principal como las viviendas secundarias, que afirman poseer un 45% de los hogares. Ese tipo de activos reales representa casi un 70% de los activos totales de los hogares.
Pero es que el 30% restante, considerado como activos financieros, incorpora también un componente con marcado sesgo inmobiliario. Es el caso de los activos asociados a negocios de trabajo por cuenta propia. No olvidemos que España es uno de los países españoles con mayor proporción de trabajadores por cuenta propia.
La depuración de ese tipo de activos afectos a negocios propios deja apenas un 20% o 25% de los activos totales como inversión financiera pura. Pues bien, dentro de esta categoría se produce un extraordinario sesgo hacia instrumentos intermediados directa o indirectamente por el sistema bancario, depósitos, o vehículos de inversión colectiva, o con atributos de seguros de viva, pero gestionados por gestoras vinculadas a entidades de crédito.
Ello deja un residuo mínimo, casi marginal, para la inversión directa en mercados de valores, tanto de renta variable como sobre todo de renta fija, cuya presencia en las carteras de activos de los hogares es extraordinariamente reducida (apenas un 4% en acciones cotizadas, y menos de un 1% en el caso de bonos y otro s valores de renta fija).