Episodio 9. Podcast Sin orden ni concierto
Suscríbete al podcast

En este episodio de “Sin orden ni concierto” titulado “Finanzas personales: Consejos prácticos”, Claudia Antuña, socia de Afi, y Natalia de Santiago, autora del libro “Invierte en ti”, debaten sobre la importancia de ser ahorrador e inversor.

Podcast minuto a minuto:

 

  • 09:45 – Consejos para comenzar a ahorrar
  • 19:50 – Colchón de emergencia
  • 25:09 – Hábitos de ahorro
  • 29:19 – Sesgos de comportamiento
  • 39:23 – Fondos de inversión
  • 41:46 – Mito del gran patrimonio
  • 46:42 – Finanzas sostenibles

 

Transcripción: (puede contener errores de transcripción)

 

Claudia: Mi nombre es Claudia Antuña, socia de Afi, y hoy hablamos con Natalia de Santiago sobre finanzas personales. Natalia es ingeniera de formación financiera por vocación y especializada en el impacto económico del cambio climático. Natalia ha trabajado en el ámbito financiero en París, Madrid, Múnich, hasta que, en 2009, funda MyValue Solutions, la primera startup española especializada en el desarrollo de tecnologías Open Banking, que en 2021, fue adquirida por un grupo alemán.

 

Actualmente escribe sobre finanzas y economía en diferentes medios de comunicación y ha escrito dos libros “Invierte en ti”, una guía práctica para gestionar mejor nuestro dinero y vivir más tranquilos. Y su segundo libro “Invierte con poco”.

 

Bienvenida Natalia y gracias por acompañarnos en este nuevo episodio del podcast Sin orden ni concierto. Un episodio en el que hablaremos de la importancia de ser ahorrador e inversor. Esas dos facetas complementarias.

 

Hablaremos de cuáles son los pasos que debemos seguir para convertirnos en inversor y poder así optimizar la gestión de nuestros ahorros y las finanzas. Además, desmentiremos ciertos mitos y hablaremos de la sostenibilidad como aliciente para atraer a las nuevas, a los jóvenes, a adquirir esos hábitos de inversión tan importantes en la gestión de nuestras finanzas personales.

 

Natalia, de nuevo, bienvenida al podcast. Un placer tenerte con nosotros en este nuevo episodio.

 

Natalia: Un placer estar aquí. Muchas gracias por invitarme.

 

Claudia: Yo creo que antes de empezar a charlar y a que nos vayas dando todos esos consejos, esos tips prácticos de cómo convertirnos en un inversor y cómo gestionar nuestras finanzas personales, creo que es importante dar contexto a los oyentes y especialmente dar contexto de la situación en la que nos hemos encontrado. Nos hemos visto especialmente en estos dos últimos años, comparado con la que veníamos después de la crisis financiera.

 

Veníamos de unos años donde los niveles de inflación estaban mucho más contenidos, teníamos más políticas monetarias, expansivas, pero que, por diversos motivos, en los últimos años, guerras, pandemia, etcétera, se han dado la vuelta, ¿no? Y nos encontramos ahora mismo con esos niveles de inflación mucho más elevados que están poniendo otra vez en dificultad a las familias a la hora de gestionar sus ahorros.

 

E incluso ese cambio que ocurría hace años de ciertos ahorradores que tuvieron que convertirse casi de manera obligada en inversores para encontrar oportunidades de inversión que les permitiesen alcanzar esos objetivos de retorno. Ahora se encuentran que vuelven a ver esos productos quizás más clásicos entre los ahorradores que empiezan a ofrecer también tipos de interés más atractivos.

 

Natalia, ¿En qué punto estamos? Tenemos que volver a olvidarnos de esa faceta de inversor y volver a ser ahorradores. ¿Es complementario? ¿Qué debemos hacer?

 

Natalia: Estamos en un punto para empezar incierto. Nos habíamos acostumbrado a vivir eso con inflación muy baja, el dinero regalado, los tipos bajísimos y, por otro lado, también los mercados muy altos. Entonces ahí la opción era clara, ¿no? Y ahora de repente, como bien dices, han cambiado las cosas que tiene su parte mala. Pues porque en España hay muchas hipotecas variables con lo cual mucha gente ahora mismo se le está poniendo muy cuesta arriba al fin de mes, la inflación, etcétera y a la vez la parte positiva de que vuelve a haber más alternativas.

 

A mí me parece que el que ahora vuelva productos como depósitos, productos de ahorro, incluso algunos de renta fija más conservadores, fondos monetarios y tal que vuelva a existir más variedad. Me parece positivo, sobre todo, porque muchas veces, cuando no había empujabas a todo el mundo, digamos, a unos niveles de riesgo de volatilidad, con los que luego a lo mejor no estaban preparados para para afrontar la teoría se la sabían, pero luego la práctica no es tan fácil, ¿no?

 

O sea, la teoría nos la sabemos todos, pero cuando luego te llega y lo ves en tu cartera, pues no es tan fácil de llevar. Y luego tenemos la situación también, que yo creo que es que es una coyuntura que se ha dado precisamente por eso, que muchísima gente se animó a invertir justo en el pico en productos conservadores que de repente cayeron muchísimo más de lo que se esperaba.

 

Lo que pasa con la renta fija cuando los tipos han subido tan rápido ha asustado a mucha gente, porque es verdad que mucha gente no entiende cómo funciona la renta fija que está invertida en renta fija, ¿no? ¿Entonces yo creo que ahí tenemos un doble reto, ¿no? Porque por otro lado está bien que existan ahora otra vez estos productos, que los tipos de interés estén altos tiene ciertas ventajas para el ahorrador común, pero que en este impás de cambio pues ha habido mucha gente que se ha llevado unos sustos importantes.

 

Entonces yo creo que también hay que recuperar un poco la confianza al final, no del ahorrador, porque le hemos contado muchas cosas que luego sí eran verdad, pero que a lo mejor no se habían hecho a la idea de cómo les podía afectar a ellos.

 

Y creo que es un reto ahora mismo.

 

Claudia: Desde luego. Yo creo que has tocado dos temas muy importantes.

 

Uno, esa confianza que probablemente una de las vías a través de las cuales se ve reforzada es a través del mayor conocimiento o esa formación en materia de cultura financiera que luego abordaremos en concreto y también bueno, pues el cambio y como hace muchos años hubo ciertos ahorradores que tuvieron que modificar su nivel de aversión al riesgo porque no había alternativas, en el mercado que les pudieran ofrecer esos rendimientos suficientes o atractivos para los objetivos financieros y también, como hoy esos perfiles más conservadores, han sufrido mucho con ese repunte de tipos que hemos tenido durante los últimos años.

 

Lo que yo creo que sí que has dejado claro, Natalia, es que esto no es blanco o negro. Es decir, que al final esa posición de inversor ahorrador tiene que ser casi complementos. Y como tú comentabas en algún artículo, lo importante es construir un buen fondo de armario, ¿no?

 

Natalia: Claro, es que al final, porque todo el mundo cuando se acerca a ti lo que quieren es como la inversión milagro, ¿no? Dime esa inversión de mucha rentabilidad y poco riesgo para ello, hacer una cosa y olvidarme. Y la realidad es que eso no existe ¿no? Y yo siempre intento transmitir ese mensaje de una inversión que puede ser estupenda para una persona, puede ser catastrófica para otra, porque los objetivos no son los mismos, los plazos no son los mismos, la tolerancia al riesgo no es la misma.

 

Entonces al final se trata de encontrar, pues, como los pantalones, lo que tú decías el que te sienta bien a ti ¿no? Pues por lo que sea. Yo a lo mejor vaquero, porque llevo una vida de campo y el otro necesita un pantalón más arreglado. Yo quiero ir cómoda, y yo prefiero ir más mona. Pues en inversión es exactamente igual ¿no?

 

No hay que demonizar tampoco ningún tipo de inversión, ni ninguna es milagrosa tampoco. Y se trata para cada uno, en cada momento, de encontrar lo que más se le adecue. Y sabiendo además que a lo largo de la vida eso va a ir cambiando. O sea que nos vamos a tener que ir adaptando.

 

Entonces yo, como bien dices, creo que la única solución es al final la educación y la formación para entender estas cosas y para saber que no es una decisión que tomas una vez, no venga, yo voy a ser ahorrador o yo voy a ser inversor.

 

No, tu vida es muy variada. Los objetivos de los tiempos y todo van a ir avanzando y tú vas a tener que ir adaptando según cómo está la coyuntura, según cómo sea tu vida. O sea, esto al final es como el deporte, no nos hace todo el deporte de una vez en plan yo corrí un día ya está, ya tengo mi salud solucionada, pues esto es igual, tu salud financiera es un hábito para toda la vida y así, igual que tú vas haciendo deporte y según te vas poniendo más en forma, vas cambiando tus objetivos.

 

Yo ahora quiero correr una maratón y ahora no sé qué y ahora me lesionado y ahora no, o lo que sea, pues en la vida financiera es exactamente lo mismo, ¿no? O sea, tú vas avanzando y al final es lo de siempre. Empieza poco a poco y vas viendo y te vas adaptando y tu educación, te sigues formando, vas sabiendo más, te vas conociendo más a ti mismo también, que también es muy importante y al final es que no queda otra.

 

Yo creo que en eso sí que no queda otra. Entre el ser ahorrador o inversor, que al final yo creo que para el 99,9% de las personas va a ser una mezcla siempre, por lo menos una mezcla a lo largo de la vida. Pues eso, que lo que sí que es impepinable es que nos va a tocar ocuparnos de nuestras finanzas.

 

Entonces lo de formarse independientemente que lo vayas a hacer, vayas a empezar a invertir hoy o mañana. El día para empezar a informarte es hoy. O sea, eso sí que lo tengo clarísimo.

 

Claudia: Desde luego, yo creo que es una carrera, como decías tú, a largo plazo, en la que vas a ir pasando etapas y te vas a ir fijando metas distintas que te hagan tener que adecuar tus características, tus finanzas, tus inversiones y ahorros a esos objetivos vitales, ¿no?

 

Natalia, vamos a pasar un poco más a la a la práctica ¿no?

 

Y también aprovechando todos esos consejos que tú misma recogías en tu libro “Invierta en ti”, hablabas de 11 pasos, 11 tips, 11 consejos que todo ahorrador o inversor debe llevar a cabo para empezar ese camino. ¿Cuáles serían para ti los más importantes? Los primeros, para que todos esos oyentes que ahora están preguntándose vale, yo quiero empezar. ¿Qué es lo primero que tengo que hacer?

 

Natalia: Pues a ver, lo que nadie quiere oír. Yo en el libro los pasos los puse un poco en el orden que yo considero que está bien y el primero es saber cómo eres financieramente hablando, entender tu qué estilo de vida llevas, dónde se te va el dinero, de dónde entra, por dónde sale y cuáles son tus puntos fuertes y puntos débiles. Y eso es hacer un presupuesto, ni más ni menos, conocerse.

 

Vas a hacer una dieta si no sabes lo que comes. Es difícil saber qué tienes que cambiar si no sabes de qué punto partes ¿no? Y entonces yo creo que lo que pasa es que el presupuesto tiene muy mala fama, porque parece que es algo que está ahí como para mirar al pasado y ver en qué te has equivocado.

 

Y es todo lo contrario. El presupuesto es una herramienta de planificación, es una herramienta a futuro. ¿Te apoyas en el pasado? ¿Para qué? Porque es más fácil, porque como tú el año pasado hiciste esto, pues lo más probable es que el año que viene se parezca más o menos a tu año anterior, ¿no?

 

Pero eso es solo para información. No se trata de, ¡Ay, Dios mío! Gasté demasiado estas vacaciones. No, no, no es un látigo, Es, al contrario, es. Qué pasos tengo que dar, para tener la vida que yo quiero. Yo el presupuesto lo construyo como, ¿Cómo me gustaría ser? ¿En qué me gustaría que se me fuera el dinero? Pues obviamente me gustaría que se fueran las cosas que me gustan y que me aportan.

 

Y a partir de ahí empezar a construir mi presupuesto.

 

Donde tengo que ajustar para para que mi vida sea como yo quiero. Y luego además es súper potente para tomar decisiones informadas que al final en finanzas es lo que estás haciendo todo el rato ¿no? Cuanto mejor informada estes, mejores decisiones vas a tomar. Y la primera información y la más básica es esa, dónde estoy, cómo es mi vida, en qué gasto, ahorro, no ahorro, invierto, no invierto, me entra suficiente dinero, no me entra, me entra de manera regular, irregular. Y eso te lo dice un presupuesto muy bien, ¿no? Entonces es un paso que a la gente no le gusta porque es gris. Digamos que todo el mundo quiere que le digas “invierta en esto ya y olvídate”. Pero no es así, ¿no?

 

Entonces, bueno, yo creo que ese es un hábito que es conveniente, que tampoco hay que estar todo el día mirando una vez que ya te conoces. Pues es como lo de las dietas, no tienes que estar todo el día contando calorías. Igual al principio sí conviene pues para hacerte una idea y luego ya no, luego yo no estoy todo el día mirando mi presupuesto, pero es una cosa que está ahí, que me da información y que cuando las circunstancias cambian me permite con datos cambiar mi rumbo. De hecho, donde yo lo veo también súper versátil, la verdad. Entonces bueno, pues yo lo primero hazte un presupuesto y conocerte un poco mejor.

 

Claudia: Con lo cual, lo primero, evidentemente es conocerse y conocerse muy bien y como tú decías, no ser necesariamente críticos, pero sí ser transparentes con nosotros mismos y entender dónde están nuestros ingresos, dónde están nuestros gastos y hacernos esa reflexión de si queremos que esos gastos vayan por ahí e incluso detectar gastos que a veces no somos del todo conscientes o que no tenemos del todo identificados, o al menos no totalmente.

 

Natalia: Hay muchos gastos que de repente suman más de lo que uno piensa, osea pequeños hábitos y tal que se llaman gastos hormigas, que es verdad que para mucha gente de repente suman mucho, que tú puedes querer que sumen.

 

Y luego también hay muchísima gente que al hacer un presupuesto a la gente que se da cuenta de que tiene gastos duplicados, no sabes la cantidad de gente que me ha escrito, es verdad, tenía dos seguros de hogar o cosas que a lo mejor no eres consciente y has contratado uno con la hipoteca y de repente otro con no sé qué, y tienes dos de varias cosas.

 

Gente que se da cuenta de que está suscrita a plataformas que se le habían olvidado. O sabes que cuando rascas un poco salen un montón de cosas y luego ya que te pones y puedes ponerte a optimizar.

 

Oye, porque realmente este que me he dado cuenta de que es importante, este suministro o lo que sea, pues a lo mejor coges y me dices voy a ver si hay otro mejor y de repente esos son pequeños ahorros pero que son recurrentes. Si tú te quitas una suscripción es un ahorro mes a mes, a mes. Si tú consigues bajar una cuota de lo que sea, del agua, del gas, de la luz, eso es un ahorro. Que luego un día te cuesta hacer esfuerzos.

 

Que luego tiene beneficios a largo plazo que ya no te van a costar y vas a seguir ahorrando, ¿no? Entonces yo creo que es importante. La verdad es que te llevas muchas sorpresas. Que dices, si esto es facilísimo, cancelo esto que no sabía ni que lo tenía.

 

Claudia: Desde luego. Con lo cual una vez que hacemos ese ejercicio, Natalia, nos hacemos ese ejercicio de autoconocimiento, entendemos los gastos y tratamos quizás de hacer esa primera optimización de gastos, ingresos para encajarlo en ¿cuál sería el siguiente paso? ¿Cómo tenemos que empezar? La importancia quizás de la planificación, no ir con esos objetivos a corto, medio y largo plazo.

 

¿Cómo debemos continuar ese proceso para ir adquiriendo esos hábitos de inversión?

 

Natalia: Bueno, yo creo que luego el siguiente, aunque bueno, ya hay dos, que ahí tengo el orden un poco igual que se puede cambiar. Pero bueno, el siguiente es ver cuánto estás ahorrando, que eso te lo dice tu presupuesto. Cambiar un poco la mentalidad del ahorro, dejar de verlo como lo que queda en la cuenta a final de mes y verlo como una herramienta también para llevar la vida que quieres siempre.

 

Yo siempre digo que el ahorro es para, no es para privarse, tampoco es sino para una herramienta para allanar los baches de la vida financiera que va a haber siempre. Nadie tiene una vida financiera lineal en plan, hoy salgo de aquí y es todo creciente. En ninguna vida, ni en la de los millonarios ni en las de los no millonarios, siempre va a haber fluctuaciones y el ahorro, igual que la deuda, es una de las herramientas que tenemos para asegurarnos eso, que vamos a mantener un nivel de vida necesario y que vamos a poder cumplir nuestros objetivos hoy y en el futuro, ¿no?

 

Entonces yo creo que empezar a ahorrar y a cambiar ese chip, y decir, el ahorro, es una cosa proactiva que yo hago por mí y para mi beneficio también es fundamental. Y luego lo que tú dices es empezar a saber ya no solo decir yo ahorro X, sino para qué estoy ahorrando, a qué plazo estoy ahorrando, este dinero lo estoy ahorrando ¿para qué? ¿para mi colchón de emergencia? ¿para las vacaciones del mes que viene? ¿O realmente es un objetivo más a largo plazo? Y cuando ya empiezas a ver que es un objetivo medio a más a largo plazo, ahí ya empiezas a plantearte realmente, ya que estoy ahorrando, una vez que sé a qué plazo estoy ahorrando, cuál es el mejor producto o vehículo para este ahorro.

 

Porque realmente si yo estoy ahorrando a largo plazo, si lo dejo en una cuenta corriente, pues lo único que estoy haciendo es que ese ahorro pierda valor por la inflación, o sea, estoy dejándolo a la merced de la inflación y entonces ahí es cuando tú puedes empezar a ver. ¿Oye, pues no, este que es a medio plazo, cuál es el producto más adecuado?

 

¿Qué productos hay? ¿Son de ahorro, son inversión? en esto que es a largo plazo, ¿cuál me conviene más?

 

Habiendo cumplido ya esos requisitos previos, para empezar a pensar oye, pues quiero invertir, no quiero invertir, quiero un producto de ahorro, quiero un producto que me de cierta rentabilidad, que quiero, qué quiero hacer con este ahorro y qué me permite en mis plazos hacer con este, con este ahorro.

 

Claudia: Claro. Yo creo que eso también es parte de ese auto conocimiento previo. Tenemos que también entender cuál es ese nivel de aversión al riesgo, de apetencia al riesgo para entender también qué tipos de productos son los más adecuados.

 

No solo por nuestro plazo de inversión, sino también por nuestra tolerancia al riesgo, para luego, efectivamente identificar si queremos productos de inversión, de qué tipo, de que riesgo o productos de ahorro. Porque como decías tu Natalia, no todos tenemos ese mismo nivel de aversión, que es cierto muchas veces está condicionado también por los propios objetivos que persigue cada uno.

 

Natalia: Claro, y, además, el perfil de riesgo es importantísimo, sobre todo porque yo siempre lo digo, siempre pensamos en los riesgos del mercado, en los riesgos de tal, pero los riesgos de tu como inversor son enormes. O sea, la misma inversión puede ser desastrosa para una y maravillosa para otros, simplemente porque ha tomado mejores decisiones o no se ha asustado y ha vendido en un mal momento o lo que sea.

 

O sea que al final un riesgo que hay es que nosotros no nos comportemos bien con nuestras inversiones. Entonces para eso es muy importante que estén ajustadas a nuestro perfil de riesgo y que nos conozcamos. Lo que pasa es que también el perfil de riesgo es algo que se entrena punto número uno y que cambia a lo largo de la vida y que la práctica también nos va a hacer cambiar.

 

Es como si tú empiezas a esquiar. Al principio una cuesta casi plana te parece una cosa finalísima y cuando tú vas aprendiendo a esquiar, pues de repente acabas tirándote desde la punta de la montaña y te parece todo muy normal porque tienes la técnica suficiente para bajar esa cuesta, ¿no? Esto es igual, no aprendes a esquiar, no vas el primer día y te subes a la negra, pues no vas, no empiezas a invertir y el primer día te coges el producto más arriesgado.

 

Entonces esto es como todo y yo creo que el paso a paso, pues al final es lo que mejor funciona, ¿no?

 

Claudia: Natalia has comentado y luego recuperamos un poco sobre este punto, en la experiencia que te va dando el ir invirtiendo. Hablar también de esos sesgos de comportamiento que todo inversor nos enfrentamos por ser seres humanos, que no somos 100% racionales o lógicos en todos los momentos ¿no? Pero antes de llegar a esa parte, antes comentabas un término que yo creo que es importante comentar y compartir, que es ese colchón de emergencia.

 

No sé si hay unos mínimos, siguiendo ese símil de esos fondos de armario, unos mínimos que siempre tienen que aparecer en esa planificación, en ese autoconocimiento y que tenemos que saber identificar y definir como tienen que ser y cómo tenemos que ajustarlos o identificarlos en nuestro presupuesto.

 

Natalia: Efectivamente, al final el colchón de emergencia, que lo mismo que el presupuesto, suena súper gris y parece algo de pobres, no del colchón de emergencias y, todo lo contrario. Las empresas tienen colchones de emergencia, los bancos les obligan, las autoridades de supervisión a tener colchones también de emergencia, que tienen otros nombres, pero al final es lo mismo. Al final es una forma para gestionar la liquidez.

 

Si lo quieres ver de forma así sofisticada y el colchón lo que te da es esa cintura financiera precisamente para tener la suficiente cintura financiera para no tener que tomar malas decisiones con tus inversiones en un momento dado. Entonces, fundamental, nunca se puede empezar a invertir antes de tener un colchón de emergencia adecuado

 

¿Y que es un colchón de emergencia adecuado?

 

Pues yo te diría que antes de plantearte invertir, desde luego hay que tener seis meses de ingresos netos ahorrados porque el mínimo es tres, pero eso es para no ser vulnerable. Yo creo que para pensar en invertir un mínimo de seis meses de ingresos netos apartados en la cuenta simplemente por lo que pueda pasar, para no tener precisamente que tirar de tus inversiones o incluso de un producto de ahorro.

 

Porque los productos de ahorro a lo mejor no son volátiles, pero muchos tienen una liquidez impuesta por el propio producto, como un depósito de que te pegan a veces unos palos enormes. Si tú sacas un depósito antes de la fecha prevista, entonces para no tener que incurrir en estas pérdidas que son perfectamente evitables y tener que tirar de un depósito o de una inversión en mal momento y con pérdidas evitables, hay que tener siempre un colchón y es fundamental, aunque parezca gris y aunque parezca que está ahí perdiendo valor por la inflación, por todo eso es impepinable, intocable y tiene que estar ahí y está para emergencias se puede tocar, pero para emergencias.

 

No es, es que me quiero comprar esto que es caro y ahora tiro un poquito de esto y luego ya veremos. Una emergencia es una emergencia, ¿no?

 

Claudia: Natalia tu dabas una referencia y yo creo que cuando tratamos de ser prácticos es muy útil tener referencias sabiendo que cada caso es único y particular, porque hablabas, por ejemplo, de esa referencia de seis meses netos de ingresos netos para definir ese colchón de ahorro, tenemos alguna referencia o podrías dar alguna referencia sobre ¿cuál debe ser ese porcentaje de ahorro que deberíamos destinar mensual o anualmente?

 

Insisto, sabiendo que cada uno tiene particularidades, pero un mínimo en el que todos podríamos o deberíamos no sentirnos cómodos para ahorrar y sobre todo pensando en aquellas personas. Y luego hablaremos sobre todo a las generaciones más jóvenes, que cuando hagan sus cuentas y vean sus gastos, también que puedan ver si los gastos están por encima de un determinado umbral, una tasa y, por lo tanto, cuáles deben reducirse o cuáles deben quitarse, ¿cuál podría ser más o menos esa tasa de ahorro?

 

Natalia: Pues igual. El mínimo, igual que decíamos que para el colchón el mínimo son tres meses y por debajo eres vulnerable. La tasa de ahorro mínima cuando las cosas van bien. Ojo, esto no es para cuando justo te quedas en el paro, o sea, o cuando de repente, lo que sea, cuando las cosas van bien, porque el ahorro también se ahorra cuando va bien y cuando va mal tiras del ahorro, que para eso está. Esa es su función.

 

Pero cuando las cosas van bien, cuando estamos en business as usual, como si dijéramos, el mínimo es un 10% de tus ingresos netos que puede ser de tu nómina mensual o para los autónomos, pues un poco mirar más en global, ¿no? Que a veces tienen como unos ingresos mucho más difíciles de mensualidad, pero al final de año tú has tenido que ahorrar más o menos un 10% de tus ingresos netos mínimo.

 

Eso es como y ya no eres vulnerable, porque es que si tú ahorras menos significa que no tienes cintura para nada. O sea que a nada que te pase algo, ya tus gastos superan tus ingresos. Ya te pones a tirar de fondos si lo tienes, si tienes la suerte de tenerlo. Y, pero luego decir venga, esto es el mínimo, pero que sería una tasa de decir yo tengo una buena salud financiera y estoy ya, ya empezaba a hacer ejercicio y ya estoy en bastante buena forma, un 20% es ya una cantidad que, pues esto ya está, está bien, no sabes si estás en un 20%, estás bien, tienes una cintura suficiente.

 

Claudia: Con lo cual sabemos ese primer paso conocernos muy bien, definir esos mínimos, ese colchón de emergencias, saber más o menos cuál debe ser esa tasa de ahorro o ese porcentaje de ingresos que deberíamos ser capaces de ahorrar. Ahora nos planteamos empezar a invertir. ¿Que qué tips, que consejos darías tú, Natalia, para que esos hábitos de inversión realmente se impregnen en nuestra gestión diaria?

 

Yo creo que en su día hablábamos también de esas aportaciones periódicas, de una cierta recurrencia. ¿Cómo podemos ayudar a las familias, a las personas para que adquieran hábitos? Realmente, con frecuencia ya no sólo de inversión si van destinados a productos, pero sí de ese ahorro no.

 

Natalia: Pues al final lo que tú decías, o sea, yo sí que creo que automatizar es clave, ¿no? Al final cuanto más fácil te lo pongas, más probabilidades de éxito tienes. Y precisamente con el ejercicio no es fácil porque el ejercicio hay que hacerlo, ¿no? Pero con las finanzas sí que es fácil. Y hoy en día con las transferencias periódicas que encima no tienen coste, que te permite muy fácil automatizar ese ahorro, hacerlo a primeros de mes, que parece una cosa muy tonta, pero este es otro sesgo muy claro. Cuando la cuenta está llena, a tu cerebro le parece que esa cantidad es más pequeña que al final de mes, cuando la cuenta está vacía.

 

O sea que yo creo que aprovechar todos esos trucos cognitivos para ponértelo más fácil y que se vaya a una cuenta eso lo primero, transferencia en automático a primero de mes y luego también no morir de éxito, no, que esto nos pasa como con las dietas. Hay gente que quiere empezar muy rápido, quiere de repente cambiar los hábitos demasiado rápido y al final en esto de las finanzas funciona mejor el poco a poco y gradual.

 

Ponte una cantidad asumible, porque si tú empiezas poniéndote una cantidad demasiado alta y al final tienes que ir a buscar el dinero de la cuenta de ahorro porque te has pasado o no has hecho bien tus cálculos, no sé qué. Pues eso tampoco es un buen hábito, ¿no? Al final es mejor decir una cantidad modesta, pero todos los meses va a funcionar mucho mejor que intentar hacer esas dietas milagro en tres días. Pues esto es exactamente igual.

 

No morir de éxito, una cantidad pequeña y empezar a ahorrar. Y una vez que ves que empiezas a acumular ahorro porque por muy pequeña que sea la cantidad, si lo haces el automático lo haces todos los meses, se te va a empezar a acumular. Ahí ya puedes empezar a pensar, oye tenerlo en una cuenta sentado, ¿tiene sentido?, ¿está con el plazo que yo tengo en mente? y ahí ya puedes empezar a pensar en invertirlo.

 

Y luego lo de siempre. Yo, además, vista con la experiencia de este proceso, de esta caída, de lo que ha tenido la renta fija y de los problemas que ha dado, sí que soy más partidaria nunca de empezar a invertir gradualmente, igual con aportaciones periódicas, independientemente del tipo de producto que sea.

 

Creo que al final es más fácil. No siempre a lo mejor es lo financieramente más rentable, digamos. Sobre el papel, pero creo que en la práctica lo que no es el papel sí que va a funcionar mucho mejor, porque significa que la cantidad que vas a tener invertida va creciendo contigo.

 

No es que no te va a pillar eso de repente pongo todos mis ahorros en un producto que por lo que sea, tiene un comportamiento inesperado y me asusto. Si lo vas haciendo poco a poco, pues la cantidad con la que te van a pillar los sustos va a ser menor, vas a tener otra paz para afrontarla y para cuando tengas mucha ya vas a tener mucha, mucha experiencia con ese producto, ¿no?

 

Entonces yo sí que soy ahora 100% partidaria de del invertir aportaciones periódicas, la verdad, ahora mismo lo veo caballo ganador seguro.

 

Claudia: Yo creo que esa automatización como herramienta para reducir esos sesgos de comportamiento que tú bien comentabas ahora la importancia de la psicología y de ir dándonos también espacio para ir entendiendo nuevos riesgos e ir entendiendo cómo podemos ir asumiéndolos y también reduciendo el que podamos tomar decisiones de inversión menos acertadas en según qué momento o la importancia.

 

Y yo creo que es un muy buen consejo que a veces nos pasamos por alto, vamos a hacer aportaciones al inicio de mes. Cuando recibimos la nómina vamos a tener, no sabemos cuáles pueden ser los gastos que podamos, nos podamos despistar y es mucho más fácil tomar esa decisión.

 

Natalia, cuáles serían para ti, y por ayudar también a identificar o cuando esos inversores que empiecen a dar esos pasos que de repente se encuentren no con movimientos en el mercado de una renta fija que de repente, como hemos visto el año pasado, nos encontramos con perfiles conservadores que cae en torno a un 10% y dicen oye, pero si este producto era conservador, este producto no, no me iba a dar estos rendimientos tan bajos. ¿Qué ha pasado? ¿Me tengo que asustar? ¿Tengo que desconfiar?

 

¿Cuáles son esos sesgos, generalmente en los que todos en algún momento nos vemos o nos enfrentamos en relación con nuestras inversiones y que tenemos que ser al menos conscientes de que existen para intentar identificarlos cuando nos pasen?

 

Natalia: Bueno, hay muchísimos, los muy conocidos y los de los expertos, pero yo veo muchísimo el sesgo que yo le llamo FOMO (Fear of missing out). Y es que además que se transforma luego en el miedo a la catástrofe, porque por un lado tienes que eso es lo que pasó el año pasado, es que todos salimos de un 2021 que de repente la gente había acumulado ahorro por la pandemia y los mercados estaban súper calientes y ahí de repente todo el mundo de me estoy perdiendo el bitcoin, me estoy perdiendo la bolsa, me lo estoy perdiendo todo y de repente entro con todo para no perderme, lo cojo todo, mis ahorros y de golpe.

 

¿Y qué pasa? Que llega 2022 y te pegas el susto padre. Aunque tú hayas elegido eso, encima te pasa, aunque dijeras venga, voy a empezar conservador, pero porque te parecía que no te podías perder ese tren. Y luego pasa lo contrario, de repente caen y te parece que ya no te puedes quedar en ese tren y que tienes que saltar, que no sé cómo se llama ese sesgo, pero al final es el pánico, ¿no?

 

Y también te precipitas porque tampoco entiendes al final cómo funciona ese producto verdaderamente. Entonces el del follower, el que va por modas, ¿no? Y es muy difícil, no ir por ese sesgo porque hace mucho ruido. O sea, independientemente de que luego hay otros sesgos más sibilinos de los que no eres, que son más, más silenciosos. Pero este es que hay mucho ruido mediático, mucho ruido de la gente de tu alrededor y es muy difícil escapar.

 

Entonces yo creo que una de las formas más fácil de evitar ese sesgo bueno, hay dos, una es realmente las aportaciones periódicas, porque te permiten no encontrarte, ni entrar con todo ni salir con todo, ¿no? Y luego al final, yo lo que sí que me he dado cuenta es que hay muchísima gente que está invertida, el nivel de conocimiento del producto es muy inferior a lo que pensamos, los que nos dedicamos a esto.

 

O sea, yo conozco gente que lleva invirtiendo mucho tiempo y que realmente cuando ves, cuando las cosas van mal, te das cuenta de que no lo entienden bien. Porque esta gente que de repente vio sus fondos conservadores bajar al 10%, es que pensaba que podían caer al 100%. O sea, pensaba que esa vaca podía ser una pérdida total, que no era el caso, que, si tu entiendes bien tu fondo, entiendes que no es un riesgo de quiebra, es un riesgo de precio en ese momento.

 

Y si tu conocimiento fuera superior y entendieras qué duración tenía la cartera de tu fondo y por qué te está afectando más o menos, también te hubieras asustado menos o distinto o hubieras entendido mejor en qué rango estaba era posible que se moviera tu fondo. Entonces creo que falta muchísima más formación de la que pensamos y muchísima más información de la que pensamos.

 

Y luego otra cosa que yo me he dado cuenta también. Yo me paso el día animando a la gente a que llame a su banco, a sus gestoras o a tal, porque digo te van a contestar y la gente no lo sabe y me escribe a mí por Instagram. Oye, mi fondo ha caído tal que hago primero. Yo no te puedo decir qué hacer porque yo no estoy aquí para darte recomendaciones de inversión.

 

Te puedo explicar lo que le está pasando a tu fondo, pero es que, si llamas, es que las gestoras, los bancos, los advisors, es que contestan, es que están ahí y creo que hemos pecado un poco en el sector, como si dijéramos, de no hacer suficiente acompañamiento durante estos periodos. O sea que luego se ha intentado. Sí que es verdad que luego sí, que a posteriori se ha intentado solventar esto, pero creo que, si simplemente tú sabes que en el momento ese puedes llamar a tu gestor, a tu banco, a tu quien sea y decirle oye, ¿qué está pasando?

 

Y él te explica y te dice mira, tu cartera tiene esta exposición no sé qué. Eso ayuda, eso te ayuda en ese momento a tranquilizar esos sesgos o a poner en perspectiva lo que te está pasando y te va a ayudar a tomar decisiones precipitadas que al final son las peores normalmente.

 

Claudia: Qué importante el tener ese conocimiento como arma para tomar esas mejores decisiones, ya no sé si de inversión o de desinversión, o por lo menos para mantener la calma en momentos clave.

 

Natalia: Para todo, incluso si, porque al final a mí lo que me da pena es que al final eso empujamos al inversor, digamos a invertir, pero luego si no se le da el acompañamiento o la formación o la educación suficiente, al final, en los momentos decisivos el que tiene ventaja se despierta, o sea, y pasa incluso ahora también, al contrario, ahora que ya nadie quiere invertir, de repente el que no invertía es porque no ve las oportunidades y no ve el tal.

 

Y ahora es un momento en el que un inversor experto puede estar precisamente otra vez en una situación privilegiada, porque tiene la experiencia, porque sabe valorar este momento de ahora con lo que ha pasado en la historia, y vuelve a tener otra vez otra ventaja sobre el inversor minorista.

 

Entonces, la única forma de hacer estas ventajas o de que es al final acompañamiento y formación, y es que no hay otra.

 

Claudia: Incluso también ser proactivos por parte del inversor ahorrador y como decías tú, preguntemos a nuestros bancos, preguntemos a nuestros asesores.

 

Busquemos un asesoramiento independiente, profesional que nos pueda ayudar y acompañar a tomar esas mejores decisiones de inversión y de ahorro.

 

Natalia: Exacto, y es que en España se da un caso muy curioso y es que hay una relación de amor odio con el banco. Por un lado, es de amor porque la gente no se atreve a invertir a través de otro tipo de servicios de inversión. A mi esta pregunta me llega todos los días varias veces. Es igual de seguro contratar un fondo de inversión a través de un banco que de una gestora, o de otros servicios de inversión, que es una pregunta de no conoces bien lo que es un fondo de inversión, porque es que a lo mejor es el mismo fondo de inversión incluso.

 

Pero en ese sentido, a la hora de contratar hay una querencia al banco brutal. La gente prefiere contratar a través del banco porque le da una seguridad implícita que a lo mejor no es incluso justificada. Sin embargo, cuando las cosas van mal no se fían nada de su banco. Entonces, por un lado, te has fiado casi a ciegas, en el momento de contratar y sin embargo, no te atreves a preguntar y además no te fías nada de lo que te dicen en el momento, lo que produce ese producto a mal, con lo cual tenemos ahí una disociación que hace pues muy nociva.

 

Entonces hay que buscar más cuando se contrata porque y además uno de los criterios que yo siempre lo digo cuando vas a contratar es que te den la información que a ti te guste, que tú te fíes. Y a lo mejor hay otro que no es el banco que te va a dar más información o que presta otros servicios para que luego cuando vaya mal te fíes de esa persona o cuando pasen cosas que no te esperabas, te fíes de esa persona y le hagas caso, porque es que pasa muchas veces eso te fías ciegamente a la hora de contratar, pero no te fías nada.

 

Y entonces eso hay que intentar evitarlo y yo creo que es importante eso, mirar más opciones a la hora de contratar para que luego te vayas a fiar en valorar también el trato humano, los canales de comunicación.

 

Porque yo otra cosa que digo mucho, gente que tienen fondos indexados y, digo esta gente contesta. Vale que igual no están al teléfono, digo, pero te dan un servicio personal, tú les escribes por el chat y te contestan al minuto y te dan toda la información que no es un servicio no personalizado, es digital, pero es súper personalizado.

 

Claudia: Esto es un poco parte de esos falsos mitos en torno a la inmersión, que también van en cierto modo relacionados con ese sesgo de confirmación, no de, por ejemplo, cuando a veces pensamos que los fondos de inversión son un vehículo mucho más agresivo o no, o más peligroso que lo que puede ser, por ejemplo, invertir directamente en acciones, porque estamos invirtiendo en dos o tres acciones, que son las que hemos heredado, las que conocemos de nuestro día a día y pensamos que eso es mucho más seguro que quizás invertir en un fondo de inversión que se ajusta mucho mejor a nuestro perfil de riesgo y siendo además un vehículo tan regulado por parte del regulador, con tantas exigencias de transparencia, ¿no?

 

Con lo cual es muy importante, como comentas Natalia, volver a hacer ese proceso de autocrítica de oye, tenemos toda la información que debemos para tomar nuestras decisiones, estamos asumiendo características o factores de ciertos productos que quizás no son tan ciertos.

 

Natalia: Lo que pasa es que es lo que te decía, que se ha avanzado un montón. Pero yo lo que me he dado cuenta es que, eso que los que trabajamos en esto, pues claramente ves que el fondo de inversión es un vehículo que tiene una cantidad de ventajas apabullantes para la inversión y lo vemos claro, pero no nos damos cuenta de que la gente no entiende lo que es un fondo de inversión.

 

Incluso la gente que está invertida en fondos de inversiones y que si lo entendieran sería todo mucho más fácil. Pero hay un gap muchísimo más grande de lo que nosotros pensamos, de entender lo que es ese vehículo. Y al final el fallo está en nosotros, no está en la gente que no lo entiende, porque de alguna forma el sistema falla.

 

Si esa persona, pese a los cuestionarios, pese a las pruebas de idoneidad, ha contratado un fondo de inversión, que a lo mejor es muy adecuado para él, pero si no lo entiendes, deja de ser adecuado, aunque objetivamente sea adecuado para su situación personal. Si esa persona no lo entiende bien, deja de ser adecuado, porque significa que el día que algo se salga de la normalidad por la razón equis, no va a estar preparado para tomar la decisión adecuada.

 

Entonces creo que ahí además del test de idoneidad y además del cuestionario tenemos que darnos cuenta de que no se entiende el producto, no se entiende. O sea, yo eso lo tengo, pero vamos, eso a mí la pregunta de voy a diversificar porque tengo un fondo del BBVA y ahora me voy a comprar mi fondo en el Santander y resulta que es exactamente el mismo fondo Ibex 35. Es que la recibo muchas veces al día y son gente que lleva invirtiendo tiempo. Es que el concepto diversificación, claramente no ha calado. No quiero decir, y esto es que yo es que lo veo que como tengo un poco el pulso porque, a mí la gente me escribe a mí sí que se atreve a escribirme y lo veo una y otra vez y recibo una y otra vez las mismas preguntas.

 

Y esto no lo hemos solucionado. Hemos avanzado muchísimo en otras cosas, pero hay un desconocimiento que además no es tan difícil. Pero la renta fija hay que explicarla mejor y los fondos de inversión hay que explicarlos mejor. Y en el momento en que eso esté, esa barrera ya está, irá todo mucho más rodado, creo yo.

 

Desde luego, y además ayudándonos de esas nuevas herramientas que tú comentabas digitales, que nos permiten ampliar mucho más, incluso enriquecer a veces esos canales de comunicación.

 

Natalia otro falso mito, es que para ser inversor debes tener un gran patrimonio, ¿no? Que solo puedes hacerlo a partir de ciertos niveles y eso lo quiero vincular precisamente con eso que adelantamos sobre las nuevas generaciones y los jóvenes que quizás piensan que esto no es para mí, o una persona que empieza a trabajar ahora, que empieza a generar esos ingresos y que piensa que esto de la inversión que está únicamente pensado no, o que únicamente está indicado para esos grandes patrimonios.

 

¿Porque esto es un falso mito? ¿Y cómo podría una persona joven empezar o cómo lo debería enfocar?

 

Natalia: A ver, esto es un falso mito total, y supongo que es como un fallo de marketing, ¿no? Porque realmente la inversión ha seguido el mismo proceso que la moda, la decoración y todo. O sea, igual que salió Ikea salió Zara y ahora mismo el diseño está accesible a todo el mundo. En finanzas ha pasado exactamente lo mismo y además acompañado de mucha regulación precisamente para proteger al inversor minorista.

 

O sea que eso es positivo y además el hecho de que haya más competencia y esté más accesible también ha hecho que se abaraten muchísimos los costes. Lo que ha pasado exactamente lo mismo que ha pasado en cosas que tenemos muy vistas, como la decoración, la moda, etcétera. Ahora mismo también hay inversión low cost, igual que hay viajes low cost.

 

Y no quiero decir que es lo que yo os digo siempre que el avión sea low cost no quiere decir que sea menos seguro en términos de seguridad. O sea, puede ser que te den menos de comer o menos servicios adicionales, pero la seguridad del avión, por suerte y por ley, sigue garantizada y la inversión es un poco lo mismo, ¿no?

 

Desde luego que hay inversiones ahora mismo para absolutamente todos los bolsillos. O sea, realmente nadie tiene porque quedarse. Hombre, es verdad que luego a lo mejor quieres una plataforma concreta y resulta que tiene una inversión mínima, pero es que ahí vamos las hay con inversiones bajísimas. O sea, no está fuera del alcance de absolutamente nadie y además unos procesos de contratación facilísimos.

 

Lo que pasa es que volvemos a lo mismo, la gente todavía no sabe tampoco distinguir. Por ejemplo, aparte que el nombre está fatal parido robo advisor que suena a te robo. Quiero decir, es difícil, la gente no sabe distinguir esto va a ser un chiringuito, esto va a ser un timo, esto es otra cripto no se sabe qué, esto es un robo advisor realmente como de seguro es.

 

Todavía hay algunos de estos productos que son más democráticos que todavía la gente no tiene clara cuál es el nivel de seguridad y de garantías o de regulación que están igual de regulados muchos de ellos que todo lo demás. Pero eso todavía no está claro, la gente no lo tiene claro, entonces yo creo que una de las barreras de entrada es un poco esa, el hecho, y luego, al contrario, hay otras como los cripto que sí que han conseguido informar muy bien a los jóvenes.

 

¿Por qué? Porque esa gente informa donde los jóvenes están, que es en redes sociales, que es en YouTube, etc y la banca comercial, los servicios de inversión tradicionales, etcétera se comunican por otros canales. No han conseguido llegar a la gente joven, no han conseguido transmitir bien ese mensaje de nosotros estamos aquí, tenemos productos adecuados para vosotros, no ha llegado y además en las cosas más alternativas sí que dan formación online, gratis y tal.

 

Sí que les están explicando bien, que, aunque el producto sea de un riesgo brutal, pero se lo están explicando, les están dando acceso. Entonces yo creo que ahí hay una falta no solo de educación, de comunicación y de formación, sino además de a través de que canales estás dando esta comunicación, esta información y este todo. Y ahí eso se ve muy bien con el tema cripto, por ejemplo, la diferencia.

 

Habiendo productos muchísimo más atractivos para los jóvenes, no saben dónde están ahora.

 

Claudia: Yo creo que ese es un ejemplo muy ilustrativo de cómo a veces no tomamos decisiones de inversión, especialmente en las generaciones más jóvenes, más formadas o argumentadas o más reflexionadas, sino que nos dejamos en cierto modo influenciar por esas tendencias o por lo que está más cercano a nosotros, o por lo que quizás desde un punto de interés más personal entendemos mejor o vemos mejor reflejado, que no siempre es la mejor decisión de inversión.

 

Precisamente en este sentido, Natalia, una de las corrientes más importantes, o al menos que más ruido está haciendo en los últimos años es precisamente la sostenibilidad y hablar de las finanzas sostenibles.

 

Crees que este puede ser ese canal, ese aliciente que quizá las entidades financieras más tradicionales y también las entidades alternativas con este tipo de productos puedan utilizar para acercarse a esos jóvenes, a esas nuevas generaciones que quizás también sean más sensibles a estas cuestiones y les permita vincular como sus productos financieros pueden contribuir a ciertos objetivos de sostenibilidad.

 

Natalia: Bueno, y es que más vengo de bueno, vengo de hablar de estos temas y de cómo se puede y tal. Y a ver, yo aquí soy muy contraria, o sea, vamos muy contraria. Yo creo que ahora mismo se ha producido una desconexión total entre lo que se está empujando la sostenibilidad a nivel corporativo, institucional y lo que está pasando en la calle. Porque digamos que lleva como un jetlag, es decir, todo lo que se impulsa a nivel corporativo y se impulsa a nivel institucional, pues tarda un tiempo en implementarse, ¿no?

 

Pues porque desde que tú decides vamos a hacer esta campaña, hasta que esta campaña sale o este producto sale al mercado, hay necesariamente un periodo de tiempo que hace que tú puedes estar totalmente desconectado en el momento en que salga ese producto o esa campaña, etcétera. Entonces yo creo que cuando hablamos de sostenibilidad creo que hay que ser súper conscientes de que ha habido un shift enorme en la población, desde la pandemia, enorme, que ha, que ha sido gradual, o sea, llegó la pandemia y la pandemia nos dio excusas de dejar ciertos hábitos sostenibles.

 

Pues porque de repente como no voy a usar plástico si tengo que estar comprando mascarillas y haciéndome PCRs todo el día.

 

Por otro lado, la conciencia de sostenibilidad siguió, porque a nivel institucional se impulsó muchísimo y luego porque además estábamos ahorrando. Un poco forzosamente por la pandemia, lo que sí podíamos hacer era consumo sostenible. O sea, dejamos de tener hábitos sostenibles, pero pudimos gastar sostenible. Decir bueno, pues ya que estoy, me compro el abrigo de coach, porque total ahorro.

 

Y entonces ahí hubo como un momento muy dulce y además los mercados empezaron a subir y ahí sí que había un interés brutal por la inversión sostenible, porque decías ya que ganó dinero, fenomenal, pues que sea de manera sostenible. Pero luego vino el conflicto de Ucrania y luego y la inflación, y cayeron todos los mercados y la sostenibilidad, por desgracia, pero también muy culpado por cómo se hace la taxonomía y por cómo se define, se percibe como un producto de lujo.

 

O sea, se tiene una concepción más cercana a la caridad, que a un hábito y tal. Y que pasa que cuando las cosas van mal y el cinturón aprieta la hipoteca me sale más cara, los lujos me los quito y dejan de ser una prioridad para mí. Y hay que darse cuenta de que esto ha pasado.

 

Yo recibía muchas preguntas sobre la inversión sostenible y desde que cayeron los mercados y ha subido la inflación, no recibo ni una. El interés por la inversión sostenible se ha ido al garete y ahora llegamos con los productos de inversión sostenible.

 

Entonces quiero decir que no interesa la sostenibilidad, no, quiero decir que a la gente no quiere invertir de manera sostenible, no, pero la gente con las inversiones lo primero que quiere es ganar dinero.

 

Entonces, cuando las cosas van bien, quiero invertir de manera sostenible, que inversión tenga un impacto y tal, pero cuando está difícil ganar dinero con mis inversiones es cero prioritario que mis inversiones sean sostenibles, porque en el fondo yo estoy invirtiendo para cumplir unos objetivos personales, no para salvar el mundo. O sea, quiero decir, y creo que es importante que nos demos cuenta de que esto ha cambiado, que luego va a volver a ver oportunidad porque volverán a subir los mercados, pero creo que ahora mismo si nos ponemos una venda y decimos vamos a coger a los jóvenes por la inversión sostenible, no, los jóvenes lo que quieren es comprarse una casa, quieren ser sostenibles, sí, pero también quieren llegar a fin de mes. Y ahora les está costando llegar a fin de mes.

 

Mientras les cueste llegar a fin de mes, la inversión sostenible no va a ser una forma de engancharlos. Lo que pasa es que creo que, por otro lado, estamos dejando completamente de lado otro enfoque de hacer de la sostenibilidad más enfocada a cómo las finanzas te pueden ayudar en tu día a día y cómo la sostenibilidad, al contrario, saco a la gente le tienes que hablar de lo que a ella le preocupa, entonces hay que enfocar el mensaje de cómo la sostenibilidad te puede ayudar a ti.

 

No tu a la sostenibilidad, es decir, de qué impacto positivo pueden tener en tus finanzas las inversiones sostenibles. Ahora hay que cambiar el mensaje, porque no puedes cambiar a la gente.

 

Entonces, si llegas ahora con ayuda al mundo, con tu inversión sostenible, no te lo va a comprar nadie. Ahora, si les explicas que a lo mejor un fondo sostenible a largo plazo puede ser mejor para ellos porque les puede dar más rentabilidad, les puede reducir ciertos riesgos.

 

Es que ahora hay que ir, al contrario, porque cuando uno está preocupado por su fin de mes no está preocupado por el mundo, está preocupado por fin de mes. Esto es muy feo de decir, no le gusta a nadie y ayer lo tuve que decir en un foro horrible para decir esto, pero creo que hay que decirlo porque es que es así.

 

Entonces puede ser un gancho para la gente joven, sí, pero a la gente joven hay que entender que hay que hablarles con lo que a ellos les preocupa y cuando todo va bien y ellos tienen una perspectiva optimista de su futuro, la sostenibilidad es un gancho brutal, pero cuando ellos no tienen una perspectiva tan optimista sobre su futuro, hay que venderles la sostenibilidad para ayudarles a ellos en su futuro, realmente.

 

Claudia: Pero de ahí yo creo que, de nuevo Natalia, la formación en todo y también en sostenibilidad. Cuando hablamos de sostenibilidad estamos hablando de un concepto muy amplio y yo siempre digo nunca hablemos de sostenibilidad como una tipología de activo. La sostenibilidad la podemos impregnar a lo largo y ancho de muchos tipos de activos con diferentes sesgos.

 

Y yo me quedo con ese punto. Uno, diferenciar inversión sostenible de filantropía y efectivamente, ayudar a las personas de que la inversión sostenible siempre debe seguir una lógica financiera que va acompañada de unas características adicionales de sostenibilidad, pero que efectivamente debe tener un sentido financiero. Si no, no sería una inversión. Y sobre todo también, lo que comentabas tú de explicar cuando la inversión sostenible puede favorecer el devenir de tus inversiones en la medida que puedes invertir en empresas que gestionen mejor esos riesgos extra financieros y yo aquí era un poco el porqué de lo que te preguntaba al inicio.

 

No solo pensando de inversión sostenible. Oye esto es un tema de energía renovable y cuando veo un conflicto como la guerra de Rusia y Ucrania, evidentemente vemos un impacto en este tipo de sectores industriales, sino también entender que aquellas empresas independientemente del sector en el que operen e implementen una estrategia de descarbonización que les permita llegar a esos objetivos a medio largo plazo de manera mucho más solvente que otras, pues se van a enfrentar a menores multas, van a poder ser mucho más eficientes frente a competidores.

 

Con lo cual yo creo que volvemos un poco al origen de la necesidad de educar y formar también en materia de sostenibilidad, pero quizás también para traducir ciertos mensajes. Yo creo que si te hablo de una empresa y te explico que hace también en términos medioambientales o sociales, tú quizás vas a entender también cuál puede ser el valor económico.

 

Natalia: Eso si tú te posicionas en una inversión, eso que como tu bien dices tiene ciertas oportunidades de futuro con todos los problemas medioambientales. Eso implícitamente, lo puedes utilizar como para bajar tu riesgo. Quiero decir, ciertas empresas están eliminando riesgos futuros, eso lo que tú dices, regulatorios, de impuestos, de eficiencia, de todos.

 

O sea, hay que venderlo como se puede permitir primero para aprovechar corrientes que pueden ser muy interesantes, o sea, eso para aprovechar sectores que a lo mejor pueden subir mucho en el futuro, pero también como herramienta de gestión de riesgos. O sea, también entender que no es solo potenciar o rentabilidad, sino que de alguna manera también es una herramienta interesante para reducir los riesgos de tu cartera en un momento dado.

 

Entonces yo creo, lo que pasa es que claro, es lo que te digo. Llegamos con los mensajes tarde, ¿no? Tardamos en adaptarnos al feeling y esto vuelve a ser un poco lo mismo, porque estamos comunicando por otros y no tenemos ese pulso. Los jóvenes se informan en redes sociales, punto. O sea, ya está.

 

Entonces, si tuviéramos el feeling de lo que están hablando en TikTok, de lo que están hablando en Instagram, de lo que se cuece, podríamos adaptar nuestro mensaje más rápido y además darlo a través de TikTok, de Instagram, para que entiendan y cambiar esta narrativa de decir no es que te estoy vendiendo esto para que hagas filantropía, que también es fenomenal, sino que te estoy vendiendo esto para ti, como un beneficio para ti.

 

Y seríamos más ágiles, porque si no, parece que vamos un poco como de sincronizados. Y ahora mismo hay un desconecte enorme entre el mundo corporativo e institucional y la gente de la calle y luego también dar visibilidad a otro tipo de productos que como pueden ser créditos verdes, hipotecas verdes y tal, que en algún momento van a tener ahora en España, es que todavía no son, no son necesariamente más baratos, pero que en algún momento lo serán porque tendrán incentivos o lo que sea, que ahí otros productos también verdes.

 

Y luego también, si tú quieres ser más sostenible que yo, creo que en eso también hay que hacer más push. Tu huella financiera es la que más información te da. O sea, si tú de verdad estás comprometido con la sostenibilidad, saber en qué te estás gastando el dinero es lo más útil para saber cómo puedes hacer tu vida más sostenible.

 

Porque mucha gente, eso es al final, esto es muy pareto, esto es el 80% de tus emisiones, lo generan un 20% de tus hábitos o de tus gastos. Hay más parte de las finanzas que también influyen casi más. Yo, por ejemplo, es que es completamente distinto, pero mi huella de carbono viene 100% determinada por el gasto en calefacción en un país como Alemania.

 

Bueno, pues es que yo cuando veo ya sé cuál es el primer y eso lo veo en mi factura. O sea, quiero decir, son datos financieros, hay que ser más creativo en cómo se comunica la sostenibilidad financiera, creo yo.

 

Claudia: Incluso no abordarla desde ese todo, no en que quede que empieza a impregnar en muchos más, más ámbitos para poder ver esa, esa huella global, ¿no? Y como realmente cuáles son todas las herramientas o mecanismos que tenemos para contribuir a esos objetivos de sostenibilidad que podamos tener.

 

Natalia, mil gracias por participar en este nuevo episodio del podcast Sin orden ni concierto de la Fundación Afi Emilio Ontiveros. Ha sido un placer. Hemos hablado y hemos comentado temas muy importantes, la importancia del autoconocimiento, la importancia de la planificación, de crear un presupuesto de ese colchón de emergencia, de esa tasa de ahorro y esas aportaciones periódicas que nos permitan automatizar nuestras inversiones, nuestros ahorros, para ir adquiriendo esos pequeños hábitos. Pero yo creo que ha habido algo que hemos repetido constantemente durante estos minutos que ha sido la formación, el conocimiento.

 

Empapémonos de conocimiento, preguntemos, porque eso nos va a dar siempre más confort a la hora de asumir efectivamente esos nuevos hábitos de inversión.

 

Natalia de Santiago, muchísimas gracias, un placer y esperamos volver a tenerte pronto por el podcast.

 

Natalia: Muchísimas gracias a vosotros. Un placer estar aquí.