Podcast Sin orden ni concierto: episodio 3
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En este episodio de «Sin orden ni concierto», Javier Santamaria, presidente independiente del Consejo Europeo de Pagos y de Iberpay, y Verónica López, consultora de Afi, debaten sobre el dilema entre los pagos electrónicos y el dinero en efectivo, el sistema de pagos en España y el objetivo del Euro digital.

Podcast minuto a minuto:

 

  • 03:16 – Las infraestructuras de pagos. ¿Qué es una cámara de compensación y liquidación?
  • 10:19 – Evolución de los pagos en Europa.
  • 15:11 – Transferencias inmediatas.
  • 23:58 – Innovación en servicios de pago en Europa.
  • 28:13 – Dilema pagos electrónicos o dinero en efectivo.
  • 29:47 – El Euro digital, objetivo y propósito.
  • 46:24 – Los criptoactivos como medios de pago.
  • 51:29 – Ciberseguridad.
  • 56:43 – Reflexiones al cierre.

 

Transcripción: (puede contener errores de transcripción)

 

Verónica: En España realizamos en 2022 más de 7 mil millones de pagos con tarjeta, en los más de 2.300.000 TPV instalados en nuestro país por un valor superior a los 233 mil millones de euros. Ese año, en promedio por cada once pagos realizados con tarjeta en España hicimos una retirada de dinero en efectivo en un cajero electrónico. Si acudimos al año 2019 justo antes de la pandemia, esa relación era de cinco veces y como decían el 2022 es once veces superior.

Y si lo vemos en términos de valor, los pagos con tarjeta duplican ya el valor de las retiradas de dinero en efectivo, cuando en aquel año prepandemia en 2019 solo lo superaban en apenas un 30%.

Si a estos datos de transaccional añadimos las operaciones del servicio de transferencias inmediatas de pago entre particulares, que en 2021 ascendieron a más de 500 millones de operaciones, podemos inferir que los ciudadanos españoles hemos dado un importante salto cualitativo en la adopción del pago digital en todas sus modalidades para nuestros pagos cotidianos y próximamente, aunque aún no hay fecha confirmada, me aventuro a afirmar que antes de 2030 tendremos a nuestra disposición en Europa una nueva modalidad para realizar nuestros pagos cotidianos, se llame Euro digital o de alguna otra manera.

Soy Verónica López Sabater, consultora de Afi, y para asomarnos al mundo de los pagos digitales en Europa, tengo el placer de compartir estas ondas con Javier Santamaría, presidente independiente del Consejo Europeo de Pagos y Iberpay, la compañía que gestiona la Cámara de Compensación de Pagos en España.

Bienvenido Javier y muchísimas gracias por embarcarte en esta aventura de Fundación Afi Emilio Ontiveros. Es un auténtico lujo poder contar contigo, escucharte y aprender sobre un tema, el de los pagos digitales, que, aunque parecen invisibles, están muy presentes en nuestro día a día.

No es la primera vez que tú y yo mantenemos una conversación sobre pagos digitales como protagonistas, pero sí la primera que lo hacemos con público.

En nuestra última conversación hablábamos mucho de PSD2, la entonces nueva directiva de servicios, directiva europea, de servicios de pagos y los nuevos servicios y agentes que contemplan. Todo muy fintech y muy digital.

Javier: Correcto.

Verónica: Hoy tengo la impresión de que las conversaciones a nivel global están centradas más en la universalidad y en la inmediatez de los pagos digitales, para lo cual hay un elemento esencial del que se suele hablar muy poco, que son las infraestructuras de pagos. Puedes, Javier, dedicar unos minutitos a explicar qué es una Cámara de Compensación y Liquidación, que es la Cámara de Compensación y Liquidación de Pagos en España, y cuál es el cometido del Consejo Europeo de Pagos que presides.

Javier: La verdad que es un placer enorme compartir este rato contigo y con los demás, con los oyentes, y analizar y profundizar en lo que suponen los pagos, en particular los pagos electrónicos. Voy a atender primero a la pregunta concreta de qué es una cámara de compensación. Una cámara de compensación yo creo que se entiende mejor si se acude a su origen, a la primera cámara de compensación que se supone fue en el siglo 18 en Londres, como consecuencia del intercambio que los bancos de la City tenían entre ellos.

Los bancos recogían los cheques que aportaban sus clientes y tenían un montón de cheques, y tenían que llevar cada cheque emitido por un banco a ese banco. Entonces tenían una colección de ordenanzas, de ujieres que iban con los cheques a entregárselos al otro banco, y el otro banco tendría que hacer efectivo al banco que presentaba el cheque, el del conjunto de los importes de esos cheques.

Y debió de haber un ordenanza listo que estaría cansado de tanto ir a los bancos, ir y volver. Y dijo, por qué no quedamos todos los ujieres de todos los bancos, nos intercambiamos los papeles y neteamos las cantidades que nos estamos intercambiando, porque con eso hacemos un solo viaje a un solo sitio y sabemos cuál es el resultado de todas las operaciones, de la suma, de todos los cheques que nos tenemos que intercambiar.

Y ese es el origen de la compensación y la liquidación es el hacer efectivo el resultado de ese neteo de los distintos conjuntos de cheques que cada banco se presentaba a otro banco. Esto es el siglo 18, por supuesto, en el siglo 20, en el siglo 21, eso ha cambiado mucho. Ya pocos cheques hay en España todavía residualmente hay algunos cheques, pero no son muy significativos. Pero sí hay otros instrumentos de pago, como pueden ser las transferencias, como puede ser los recibos domiciliados, que también están emitidos por distintos clientes de distintas entidades, generalmente de crédito o hasta ahora, generalmente eran entidades de crédito que eran los proveedores de servicios de pagos y también se tienen que intercambiar.

Por tanto, la Cámara de Compensación lo que hace es esa labor del pub, donde reunía a los ujieres de los distintos bancos con ahora ya medios electrónicos de envío de ficheros, con todas las transferencias, todos los recibos, todos los cheques, todas las letras que los bancos intercambian. ¿Entonces, qué es lo que hace? Pues hace la compensación y el neteo de las operaciones interbancarias.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta porque a lo que atiende es al tráfico entre las entidades que son proveedoras de servicios de pago, pero son a por cuenta de operaciones de sus clientes. Son todas aquellas que necesitan intercambio. El pago tiene dos extremos un pago extremo pagador y otro receptor, beneficiario ordenante pagador, pagado, que generalmente cada uno de esos dos empresas o individuos tienen a un proveedor distinto.

Los proveedores son los que se ponen en contacto para llevar a cabo los intercambios y hacer esa compensación y esa liquidación a través de la cámara. Y esto efectivamente supone una eficientización muy grande, por el mero concepto de compensación neteo y liquidación. Supone una enorme eficientización porque se hace por medios electrónicos. No se hace ya enviando a un ujier con una cartera con cheques. Eso ya se hace todo por medios digitales y evidentemente revierte en valor a la sociedad en su conjunto, porque se benefician los individuos, las empresas, las administraciones públicas, todos los grandes flujos de pagos están ahora habilitados a través generalmente de una cámara de compensación.

En algunos países, la cámara de compensación también procesa las operaciones de tarjeta. En España, las operaciones de tarjeta se procesan en otra infraestructura, pues en España tenemos dos infraestructuras importantes: la liquidación, que se canaliza generalmente por el Sistema Nacional de Pagos, que es el núcleo importante de la Cámara, pero sólo a efectos de liquidación, a efectos de procesamiento hay dos infraestructuras.

Esto sucedió en Londres en el siglo 18, en España en el siglo 19 y se ha hecho. Se ha digitalizado y licenciado a lo largo del 20 y del 21, y a principios o finales del siglo pasado en Europa nos encontrábamos con que todas las naciones, todos los Estados miembros tenían sus sistemas. Y es cuando, si recordáis, es cuando se emite el euro. El euro físico. Y se dio la paradoja de que en Europa se contaba con el efectivo como moneda única, por lo menos en los países euro, pero sin embargo no había instrumentos de pago electrónicos únicos.

Cada uno reflejaba la idiosincrasia, la historia, los usos y costumbres de cada uno de los países. Y cada uno de los países estaba perfectamente adaptado, seguro, a sus circunstancias. Y lo que pasa es que, en la construcción de Europa, de la Unión Europea, pues eso, esa fragmentación, esa dependencia de los usos y costumbres nacionales, pues supone un obstáculo, porque a lo que tendemos es a la homogeneización, a la estandarización, al menos en el entorno europeo. Las autoridades y los propios agentes económicos se dieron cuenta de que efectivamente, pues esto no era, no era deseable o había algo había que hacer.

Y a principios del siglo 21 se da, se pone en marcha una iniciativa que se conoce como SEPA, que es un acrónimo en inglés, la zona única de pagos en euro, aunque afecta a toda la Unión Europea, pero sólo para los pagos en la divisa euro. Y pretendía como misión, como objetivo fundamental, tener ese mercado único, es decir, esos instrumentos de pago electrónicos únicos e iguales en todos los países de la Unión para pagos en euros. De modo que una transferencia de Madrid a Burgos fuera igual, indistinguible de una de Madrid a Burdeos.

¿Y que es qué es lo que se necesitaba? Pues se necesitaba un organismo, una asociación, porque fue al final una asociación bajo derecho belga constituida en Bruselas, que se llamó Consejo Europeo de Pagos, para diseñar esas normas de funcionamiento que es lo que se llama un esquema de pago, un instrumento de pago a esas normas que fueran comunes para todos los participantes y el Consejo Europeo de Pago se constituirá en el 2002.

Y los dos primeros productos que surgieron fueron la transferencia SEPA. Sepa que es un instrumento muy habitual que sirve para pagar las nóminas, que sirve para pagar impuestos, que cubre infinidad de necesidades.

Y el otro instrumento en dos modalidades fue el recibo domiciliado. Un recibo domiciliado básico por así decirlo, y otro especializado para empresas que es el entorno B2B, que es el entorno empresa a empresa. Y se lanzaron y bueno, pues ya eran unas normas comunes, porque un esquema no deja de ser nada más que una colección de normas de cómo funcionar.

Pues oye, utilizamos tal estándar para enviarnos la información. Quedamos en que las devoluciones se hacen de esta manera, quedamos en que los horarios de funcionamiento son estos. Son normas de funcionamiento, normas de negocio.

Y bueno, se lanzaron con éxito, pero hubo para acelerar ese proceso, que es un proceso político de unión de lo que era, o sea, de conseguir la unión del mercado único de pagos en euros. Hubo un reglamento, el conocido reglamento SEPA que hacía obligatorio determinadas participaciones. Al final, aquellas entidades que estaban en los sistemas de pago nacionales de transferencias, pues tenían que estar también en los sistemas de pago europeos, o SEPA, por así decirlo.

Verónica: Algo que percibíamos nosotros, quizás, es que hace no muchos años, la numeración de nuestras cuentas bancarias cambió.

Javier: Si, efectivamente, cambió más el nombre que le dábamos, más que la propia numeración, porque no hubo mucho cambio en la numeración, simplemente se introdujo unos pocos, se introdujeron unos prefijos. Pero efectivamente, en vez de llamarse código de cuenta corriente, que era el famoso CCC, se dio en llamar IBAN, que es el International Banking Account Number, que es un estándar ISO.

Es mucho más global que un CCC, que era un estándar nacional español. En Francia tendrían el suyo, en Bélgica, el suyo, en Alemania el suyo. Entonces adoptamos en Europa el estándar, los estándares más internacionales que fueron los ISO 20022. En ese aspecto, Europa fue pionera porque fue la primera gran región del mundo que hizo una adopción importante, muy significativa de los estándares ISO 20022, que son los estándares financieros, pero que dan mucha más capacidad a los sistemas porque tienen mucha más riqueza en la información y en la estructuración de esa información y por tanto dan capacidad de desarrollar mucho, mucho más valor en los servicios de pagos que se construyan sobre ellos.

Efectivamente, supuso cambios hasta para las personas. Empezamos a hablar de IBAN, empezamos a hablar de SEPA y bueno, sin embargo, lo que no notarían los usuarios era cambios fundamentales en los en los servicios. Porque lo que antes era un lo que ahora es un recibo sepa pues antes era un recibo domiciliado al uso, pero se seguía recibiendo de la misma manera, se anotaba en la cuenta corriente de la misma manera y lo mismo con las transferencias.

Pero por lo menos había logrado una homogeneización y por tanto a escala continental, un grado mayor de eficiencia. Pero eso fue la primera fase o la fase de la SEPA 1.0, por así decirlo. En la fase dos ya nos metimos en Honduras mayores, porque lo que se diseñó fue lo que se conoce como transferencia inmediata, que tiene también un nombre en inglés es SEPA Instant Credit Transfer, que permite hacer un pago de una cuenta a otra en menos de segundos.

Realmente en España está por debajo de un segundo. Estamos hablando de todo, desde que se inicia el pago hasta que se hace la liquidación interbancaria. O sea que comprende todo el ciclo completo del pago.

Verónica: Eso lo podemos experimentar, por ejemplo, con Bizum.

Javier: Bizum es un pago, es una transferencia instantánea y efectivamente, a efectos prácticos es efectivamente instantáneo. No te das cuenta, tardas más en volver a consultarla con la cuenta beneficiaria que con lo que se ha tardado y que cierra por completo el ciclo, incluso de liquidación.

Porque, como hemos dicho antes, había dos entidades representando a cada uno de sus dos clientes. Se tienen que poner de acuerdo. Yo te mando esta transferencia, luego nos liquidamos, nos quedamos en dinero de Banco Central. Todo eso se concluye en menos de un segundo.

Bueno, esto es en lo que estamos ahora en España, desde luego ha aprendido con un éxito y yo creo que algo sorprendente, pero yo creo que es muy esperanzador. Bizum es un ejemplo ahora a nivel más que europeo, a nivel mundial, del buen avance que se ha hecho, de lo que ha supuesto en valor y en satisfacción a los clientes. Yo creo que es algo muy importante que nos ha puesto también al mercado español en cabecera en muchos aspectos en pagos electrónicos en Europa.

Y con ese esquema de hacer esas transferencias de manera inmediata, también se lanzó otro esquema, otro conjunto de normas para definir lo que sería la petición de pago, que eso también existe en Bizum, pero con estándar español, no todavía con estándar europeo.

No es un pago, pero sí es una petición de pago, que se puede contestar con un pago instantáneo. En vez de que dependa del ordenante el que se origine la transferencia, le puede venir una petición y por lo tanto el ciclo completo se origina del beneficiario. Por eso se distingue también en jerga en inglés entre un pago push, un pago de empujar, un pago pull, un pago de tirar, que todavía está ahora mismo, ahora mismo está en implantación.

Yo creo que el mes que viene tendremos muy buenas noticias, porque otra vez entidades españolas serán las pioneras en Europa en hacer una implantación seria y en ofrecer a sus clientes estos servicios de petición de pago, asociado con toda probabilidad a una transferencia que puede ser inmediata. Por tanto, avances significativos que yo creo que verdaderamente sí que generan, sí que crean un valor para los usuarios finales y que desde luego habla muy bien de la capacidad que tiene el mercado español.

Las entidades españolas proveedoras de servicios de pago, de ponerse a la última. Como también España, fue un ejemplo paradigmático en el mundo de las tarjetas en el despliegue de la tecnología sin contacto. Otro gran ejemplo de cómo en España en temas de pagos precisamente no es en donde tengamos mayores sufrimientos o tengamos que agachar la cabeza. Al contrario, yo creo que podemos enorgullecernos y estar satisfechos.

Entonces, el Consejo Europeo de Pagos es ese ente, que es una asociación sin ánimo de lucro encargada de la gestión de estos estándares SEPA, de los esquemas de pago y ahora esquemas asociados a pagos no estrictamente de pagos. Hay varios y seguimos trabajando en la siguiente fase, que efectivamente tiene mucho que ver con lo que comentabas en la introducción, que es el más allá y el más allá es no sólo cada vez, sólo pensar en la instantaneidad de los pagos, en la inmediatez, sino también en ir abriendo fronteras.

Entonces estamos abriendo fronteras porque hemos lanzado este mismo año un esquema que se llama “The one leg out”, una pierna fuera, es decir, que permite salir del área euro a cualquier otra divisa y puede ser a cualquier otra divisa europea, puede ser la corona sueca o el faro húngaro o cualquier divisa del mundo mundial. Dólar americano, dólar australiano, Yen, las monedas de los países hispanoamericanos, y por tanto, permite esa permeabilidad y llevar la accesibilidad del mundo SEPA. Que es mundo europeo, por definición, también más allá. Por supuesto, la pata exterior dependerá de la jurisdicción de donde vaya, a donde vaya o de donde venga el pago, pero la pata interior es SEPA y se hará con los estándares SEPA. Previsiblemente haciendo uso se puede hacer de la transferencia tradicional, pero generalmente también yo pienso, se aprovechará ya la transferencia inmediata.

Estamos abriendo ese campo, se está abriendo también el campo de lo que se llama open banking, open finance, el cómo se puede acceder por canales y por modalidades distintas a la información y a la iniciación de pagos por terceras partes respecto o consentido por el cliente para habilitados en las cuentas del propio cliente.

Estamos hablando de cómo todo eso hacerlo de una manera muy eficiente, muy moderna, haciendo uso de las últimas tecnologías de APIs, de accesos muy rápidos, muy eficientes servicios de internet y en definitiva, muy ocupados, muy ocupados en un momento en el que además nos acercamos a lo que hemos dado en llamar casi una tormenta perfecta regulatoria, porque hoy mismo estamos haciendo un recuento y por lo menos hay cinco iniciativas de pago legislativas en Bruselas, que tienen que ver con los pagos instantáneos, el hacerlos obligatorios a todas las entidades que estén en otros sistemas de transferencias de pago que tienen que ver con el euro digital.

Toda la definición del euro digital y si es moneda de curso legal y no es moneda de curso legal, que tiene que ver con la accesibilidad a los pagos, a los sistemas de pago. Tiene que ver por tanto también con asuntos de atender a las partes más vulnerables de la sociedad y a la difusión financiera.

Y tiene que ver también con aspectos de datos. O sea que hay una colección, una revisión. Antes has hablado de la de la PSD2, una revisión que dará lugar seguramente a tener una PSD3, en donde ya también converja con la directiva sobre dinero electrónico. Seguramente habrá una parte que será todavía más troncal, que es en vez de habilitarse como una directiva, será un reglamento, por tanto, de aplicación directa a las legislaciones nacionales.

En fin, toda una batería de iniciativas legislativas en temas de pagos y a los profesionales desde luego nos tiene muy ocupados y atentos a lo que está ocurriendo. El otro gran frente de lo que está ocurriendo es el tecnológico. Y entre las dos, pues efectivamente, lo del mundo de los pagos se ha transformado enormemente en las últimas décadas.

Verónica: Todas estas iniciativas, muchas de ellas ya tangibles y exitosas, otras en fase de exploración o de o ya con el diseño terminado y a punto de quizá lanzarse al mercado, siendo España, además, un país en el que sus entidades, sus proveedores de servicios de pagos, han ido siempre un paso adelante con respecto a nuestros pares europeos.

Y además yo añadiría por complementar un poco tu intervención, como tanto las aspiraciones no del mercado único de pagos. Las transferencias inmediatas, la nueva directiva de servicios de pago que habilita el Open Banking, han sido una inspiración para muchos países. Sobre todo, diría, de América Latina y Caribe que cada vez están mirando más a Europa y no tanto al menos en aspectos de pagos y no tanto a Estados Unidos, que tiene unas dinámicas quizá diferentes y bueno, también cuenta con instrumentos de pago universalmente aceptados, pues como son los esquemas de tarjetas que todos conocemos y disponemos de ellos.

Hay además una dimensión que subyace, que no es tan visible, que tiene que ver con la soberanía, con tener una solución regional/universal de pago digital que pueda dar servicio a cualquier ciudadano europeo en cualquier parte del mundo.

Javier: Como bien dices, si antaño yo creo que en Europa podemos ir un poco a la zaga en el tema de innovación en servicios de pago, el cambio ha sido cualitativo, ha sido un salto cuántico. Y ahora no digo que estemos en primera línea tecnológica en todos los aspectos, pero sí en algunos. Por ejemplo, ya digo, en el uso de los estándares ISO 20022, que es una cosa muy fundamental, muy estructural, muy de los cimientos, pero que sí que capacita para hacer muchas cosas y son cosas que estamos empezando a explotar, a materializar, a ver que tiene, que efectivamente eso da frutos.

Ahí pues hemos sido muy pioneros y buena parte del resto del mundo se ha fijado en Europa porque demostramos que efectivamente el estándar es el famoso ISO 20022. Si se podía utilizar se podía utilizar con garantías. Era suficientemente eficiente, era rico, era valioso, era interesante hacer la inversión. Inversiones son serias en estos asuntos.

La otra parte es el pago inmediato, la transferencia inmediata, que también como gran región mundial, pues seguramente la jurisdicción más grande en donde se ha introducido. Yo creo que, con tanto éxito diría yo que las autoridades lo que quieren es que haya más. Es verdad que se va a regular y se va a empujar, pero porque yo creo que se ha constatado que efectivamente es beneficioso, es interesante, genera valor, es útil y que por lo tanto lo que hay que hacer es quemar etapas.

Esto de la convergencia europea es un tren que va lento y que con muchos esfuerzos, porque desde luego no tiene una rentabilidad a corto plazo, que los que han hecho las inversiones se vayan a beneficiar de ellas. Entonces los tiempos, hay que cuidarlos mucho. Pero efectivamente nos hemos puesto en muy en primera línea, hemos avanzado muchas posiciones, particularmente Estados Unidos no es el mejor ejemplo de este sistema de pagos.

Por muchas razones van bastante atrasados en el tema de la instantaneidad. Siguen teniendo una dependencia de los cheques y de las imágenes raras. Tienen muchas redes de tarjetas, muchas veces no compatibles. Es verdad que es un mercado muy, muy complicado, muy grande, pero no es, desde luego, el mejor ejemplo para una buena cantidad de cosas.

Los países hispanoamericanos con los que sí, que desde luego en la cámara española tenemos una relación magnífica, pues muchas veces lo que están es por delante de nosotros, porque han dado un salto tecnológico desde a lo mejor unos sistemas menos desarrollados, pero ya han adoptado las últimas tecnologías y en algunos casos han pasado por encima de países más desarrollados en general. Porque se han beneficiado de la tecnología, de que los precios en tecnología no son los que eran antes y han podido hacer inversiones muy rentables poniendo sus servicios de pago en primera línea mundial.

Y hay muchos ejemplos en Hispanoamérica y también, por ejemplo, Brasil, en el éxito de los pagos instantáneos, es algo que ha revolucionado Brasil, efectivamente, no sólo tecnológicamente, sino también con unas derivadas de inclusión financiera que son muy, muy notables.

Y por tanto yo creo que la relación con los países americanos yo creo que es muy positiva en los dos sentidos. Aprenden de nosotros y aprendemos de ellos. Y yo no creo, no creo que sea asimétrica.

Verónica: De hecho, yo creo que hemos incorporado en Europa alguna innovación que procede de el caso de Brasil y creo que fue uno de los primeros países que adoptó el concepto de la cuenta de pago básica, un poco ligado con uno de esos cinco o grandes objetivos de temas que están actualmente en la agenda, que es la inclusión financiera.

Si vamos a un 100% digital o casi un 100% digital, podemos que todo el mundo puede realizar pagos con esto.

Javier: Por eso a mí a veces me vienen críticas u opiniones que los pagos electrónicos están en contra del efectivo. Yo no soy de esa opinión. Yo no creo que el efectivo sobre o que haya que luchar contra el efectivo. El efectivo cumple una función, una función muy importante en muchos casos. Y lo que yo creo que hay que hacer es, primero atender las necesidades de las personas y segundo dar opciones.

Entonces pues que sea el usuario final que decida qué medio de pago quiere usar, que instrumento, con que, con qué riesgos, con qué valores, con que componentes de su también, de su de su experiencia como usuario. Yo creo que lo que lo que genera valor es que haya una opción, un abanico de posibilidades y que los usuarios decidan qué es lo que más les conviene.

Verónica: Yo estoy totalmente de acuerdo contigo, Javier, y yo creo que hacemos una respuesta exprés al título del podcast de hoy, que es Adiós al dinero en efectivo. Entre interrogantes creo que coincidimos en que no va a haber un adiós. No, no es esa la pregunta.

Javier: Y si lo hay, será porque lo hayan decidido los usuarios, pero yo creo que lo que no se debe es imponer, por nadie, por intereses. Que no, que no, a lo mejor no son los de los propios usuarios, o sea, los usuarios los que cuando les parezca bien pues dejan de usar el efectivo porque les parecerá menos interesante, menos útil. Pero cuando se sigue necesitando el efectivo, yo creo que hay, que hay que trabajar en ofrecer esas alternativas que cada vez sean mejores, pero que la decisión última sea del usuario.

Verónica: Pues yo creo que podemos empezar a conversar un poquito sobre lo que parece que va a ser si finalmente es el dinero en efectivo digital. Lo que probablemente o ya al menos en las conversaciones, estamos llamando euro digital. De hecho el Banco Central Europeo publicó a finales del mes de abril, hace apenas unas semanas su tercer informe de progreso sobre el euro digital y la denominación de la eventual moneda digital del Banco Central Europeo y las posibles características de una cartera digital, un monedero, un wallet digital.

Unos días antes de esta publicación lo hizo el Banco Central de Suecia, respecto a la corona digital, creo que fue quizá el primer banco central en Europa que comenzó a investigar sobre esta, esta innovación. Y me quedo con un mensaje de este último que dice que cuando el efectivo pasa a un segundo plano en favor de los servicios digitales de agentes privados, se reduce el papel directo del Banco Central en el mercado de pagos.

Por tanto, el Banco Central puede tener más dificultades para cumplir su tarea de promover un sistema de pago seguro y eficiente, además de accesible a todos los grupos de la sociedad. Que el efectivo o el dinero en efectivo en su modalidad física de billetes y monedas, pase a segundo a un segundo plano es algo que ya estamos experimentando. Y de hecho todo lo que hemos estado contando Javier sobre cómo pagamos y cuántas nuevas soluciones tenemos a nuestra disposición y que efectivamente estamos utilizando de forma de forma creciente.

Uno de los propósitos del efectivo digital, que quizá es una denominación genérica más, más asequible para que personas no expertas comprendan que es una moneda digital. Un banco central sería entonces, quizá que los bancos centrales no pierdan su capacidad de vigilancia y de supervisión de los sistemas de pago en un mundo que avanza hacia la digitalización de absolutamente todo en nuestra vida.

Otro, quizá sería disponer de una moneda digital soberana, como ya tiene China con su yuan digital y las que quizá puedan venir en otras, en otros países o en otras regiones del mundo en los próximos años. ¿Qué más propósitos tendría o tiene o se prevé que puedan tener con un euro digital?

Javier: Bueno, eso vamos a ver. El euro digital es un tema muy, muy complejo, con raíces profundas. A mí me cuesta entender muchos de los aspectos, pero voy a intentar también aclarar o por lo menos exponer lo que yo entiendo de una manera sencilla. Has empezado muy bien diciendo que la experiencia de los usuarios es que ya están migrando a instrumentos electrónicos porque están dejando cada vez menos el efectivo y usan más, por ejemplo, la tarjeta en los comercios minoristas.

De hecho, yo creo que, en estos momentos, hace muy poquito, ha adelantado el número de operaciones de tarjeta, el número de operaciones en efectivo en España. Estamos por el orden del 50% y desde luego, con las operaciones más significativas de 50 € para arriba, hay más operaciones ya en comercio minorista, en tarjeta que en efectivo.

Por tanto, en la experiencia de los usuarios es cada vez a adoptar más medios de pago electrónicos. Cuando estamos hablando del euro digital intervienen dos perspectivas por lo menos importantes. Una es que como tal euro digital es un medio de pago. La definición de dinero, la definición de Aristóteles es que el dinero es la unidad de cuenta, depósito de valor y medio de pago, pues es dinero y será un dinero emitido por el Banco Central y será un medio de pago.

La única diferencia con los medios de pago electrónicos actuales a los que están acostumbrados los usuarios es que estos instrumentos de pago electrónicos están basados en las cuentas que tienen los bancos. Por tanto, son instrumentos basados en dinero de banco comercial, y esta modalidad del euro digital será una moneda emitida por el Banco Central por el sistema de bancos centrales del Eurosistema y por lo tanto será un pasivo, técnicamente es un pasivo del balance del Banco Central.

Es la única diferencia a efectos de desde luego, su uso. Su uso será, se habilitará en un wallet en un teléfono o se utilizará con los canales y los procedimientos iguales que los otros pagos electrónicos. Físicamente no hay ninguna diferencia. Es una diferencia en la naturaleza, pero esa es una perspectiva, la perspectiva de medio de pago.

La otra perspectiva es la que estás mencionando, que es, yo creo, la preocupación fundamental del Banco Central Europeo del euro sistema es la política monetaria, la del papel que tiene que desempeñar el Banco Central en el conjunto de la economía, el conjunto del sistema financiero. En este caso estamos hablando de Europa y esas son las dos perspectivas.

Y a veces no es sencillo compatibilizarlas, porque puede ser que por mor de la política monetaria se defina o se decida un euro digital que colisione, que friccione con instrumentos de pago de los bancos comerciales. O puede ser que sí, puede ser que no, que son. Yo creo que esos son las preguntas, los las, los problemas que está atendiendo ahora el Banco Central Europeo y todos los grupos de trabajo que están investigando, porque recordemos que todavía estamos en fase de investigación, no está ni planteada la decisión de si se va a emitir o no.

Concluir se concluirá previsiblemente, por lo que yo sé, esta fase de investigación a finales de este año y se abrirá otra fase de continuar el estudio, pero sin todavía plantear si se va a emitir o no el euro digital.

Cuando antes has mencionado que a lo mejor para el año 2030 habría euros digitales, pues puede ser que sí, puede ser que no del todo todavía. Por lo que yo sé, no está ni siquiera planteada, ni siquiera puesta en calendario, cuando el Banco Central Europeo va a adoptar esa decisión, o no.

Una de las razones por las que tampoco hay que precipitarse es porque todavía falta legislación que contemple como ese euro digital es una moneda de curso legal como lo es el efectivo y que diferencias o que similitudes tienen ambos, ambos vehículos, ambos dineros, porque es dinero emitido por el Banco Central y hay todavía mucho trabajo que hacer en fase de investigación, en fase de diseño, fase de propuestas regulatorias y todavía le queda algo de tiempo a para la toma de decisión, de si se lanza, de si se emite o no el euro digital.

Efectivamente, una pregunta importante es si hay alguna diferencia en su uso, en su y en su usabilidad respecto de los otros medios de pago electrónicos. Y es difícil ver que cuál puede ser esa diferencia, porque al final, ya digo, esto se habilitará en un wallet, en un dispositivo móvil y es muy difícil ver que el usuario final, el ciudadano o la empresa, cuando vaya a utilizar euros digitales, pues perciba alguna diferencia significativa, a no ser que sea muy consciente de la diferencia que supone el dinero del Banco Central, del dinero del banco comercial.

Pero salvo eso en los términos de interfaz de usuario, de experiencia de usuario, será difícil. Pero desde luego es el proyecto es un proyecto de mucha envergadura que puede tener unas implicaciones y consecuencias muy importantes. Ya digo que no sólo estamos hablando de la faceta de medios de pago estamos hablando también de cómo se habilita, como se capacita al Banco Central para llevar a cabo una política monetaria eficaz y que responda a los intereses del conjunto de la sociedad.

Y no es fácil ver cómo las dos, esas dos dimensiones, pues se pueden apoyar la una de la otra o compatibilizar de la mejor manera posible.

Verónica: Desde luego, es una innovación en fase de investigación que, como señalas, fascinante, ¿no? Porque cambian muchos de los paradigmas o puede cambiar muchos de los paradigmas a los que estamos acostumbrados. Ya no sólo habituados, sino cómo está sustentado el sistema financiero en la en la actualidad.

Yo alguna vez me he tratado de poner en situación de cómo usaría en el futuro, si contáramos con una moneda digital del Banco Central, con un euro digital, me imagino a priori haciéndolo de una forma muy parecida a las que hago ahora mismo.

Por ejemplo, quizá en contextos distintos no sin sí que sin necesidad de que la otra persona quizá tenga un dispositivo similar al mío, pero, no sólo a mis familiares y amigos que tengo en la agenda, sino con un perímetro más, más amplio. Pero sin necesidad de tener el número de móvil en la agenda y por tanto no estar asociado en este caso a un IBAN, a cualquier comercio en mi barrio.

Sin embargo, por ejemplo, no me imagino cobrando mi nómina en euros digitales ni pagando mis impuestos a la Agencia Tributaria. Quizá por en este segundo caso, por la aceptación. En este caso que debería estar habilitado y porque tengo asociado la digital quizá a pagos de muy muy bajo valor.

Javier: En esto hay que entrar en cuales son los objetivos del diseño del euro digital. Efectivamente, ahora mismo la definición es muy minorista, por tanto, atiende a pagos pequeños y efectivamente dependerá, yo creo que pensando como estabas tú pensando en Bizum. Decido pagar desde mi cuenta corriente o desde lel wallet de euro digital, y simplemente hacer una elección y a lo mejor esa elección pues no te la determina tu, sino te la determina el que te está pidiendo el dinero porque prefiere que lo lleves a una cuenta en euros bancaria, por así decirlo, una cuenta corriente, o prefiere recargar su wallet con euros digitales.

Pero de la misma manera te diría ¿por qué piensas que la Agencia Tributaria no va a aceptar euros digitales? A lo mejor acepta euros digitales como la Dirección General de Tráfico acepta multas, pago de multas en euros digitales. Eso cada cual tendrá que decidir si le interesa, sino le interesa si facilita este nuevo instrumento de pago. Las bondades del euro digital, precisamente por su naturaleza fundamentalmente digital, es que puede tener asociados algunos caracteres o algunas funcionalidades que pueden ser útiles para dirigir esos euros digitales a determinados colectivos, por ejemplo, a determinados usos que de otra manera no están tan prescritos o delimitados. Y a lo mejor sí que tiene no tanto para, no tanto para un uso general para el ciudadano medio, pero sí para determinados nichos de pagos en los que lo mejor es el euro digital, puede ser más apropiado que otros instrumentos. Eso habrá que verlo. Habrá que ver cuál es el diseño final.

Pero bueno, seguramente yo siempre llevo en pagos muchas décadas y cada vez que pensamos en cómo va a ser el futuro, cuando llega el futuro nos hemos equivocado. Entonces yo creo que empeñarse en ver cuál va a ser el funcionamiento y el uso del euro digital, que lo tendremos que hacer, tendremos que intentar anticiparnos al futuro. Seguro que cuando llegue ese futuro nos demostrará que nos hemos equivocado en nuestra previsión de pago.

En pagos suele ocurrir eso. En pagos siempre hay algunos factores que no se han tenido en cuenta que hacen cambiar los axiomas de inicio y el resultado de la introducción de determinados instrumentos de pago acaba siendo otro, unas veces con más éxito del esperado, otras con menos, pero en el uso de los instrumentos de pago suele ocurrir eso.

Y yo creo que ocurre porque, aunque no nos demos cuenta, lo de pagar es una actividad que tiene una profunda carga psicológica en la persona y por eso los pagos son tan importantes, los pagos son tan importantes y volvemos un poco al inicio de la conversación, pero son muy universales los pagos electrónicos. Yo hacía cuentas el otro día, el año pasado en España, de pagos electrónicos, hemos tenido más de 310 por habitante y año.

Es decir, que ya estamos muy acostumbrados a pagar electrónicamente. Si uno se pone a analizar la cantidad de información que llevan esos pagos, a veces nos da miedo. O sea, si nos ponemos a pensar qué es lo que sabe Amazon de los usos y de las prácticas de compra, de los hábitos de compra que tenemos y de lo que sabe o Amazon o me da igual un gran almacén o qué sé yo, cualquiera que pueda tener acceso a los pagos que hacemos por tarjeta o por cuenta corriente. Esa información es enorme. Además es muy sensible, por eso tiene que estar muy protegida, porque refleja aspectos muy íntimos de la persona. Pero el uso, el cómo uno hace uso de los distintos instrumentos de pago, también dice mucho de la persona, porque yo creo que hay una faceta psicológica asociada.

Hay gente, por supuesto, mucho más apegada incluso al efectivo y no tiene nada de malo. Otros que adquieren el último grito en el dispositivo telefónico y otros que depende del caso, utilizan un instrumento u otro, pero refleja mucho el la personalidad. Y lo que es más difícil de predecir es cómo va a evolucionar esa psicología y esa personalidad del conjunto a en sociedades grandes en el futuro.

Verónica: Sí, Javier, como lo que mencionabas, que a veces ocurren factores inesperados o que no tenemos en cuenta algunas cuestiones que nos hacen, no sé si tanto equivocarnos, sino que al final el resultado de lo que ahora estamos conversando tampoco tenemos una bola de cristal para ver el futuro, pero procuramos si visualizar tendencias comentando como hemos hecho sobre el euro digital.

Yo estoy convencida de que probablemente hoy no estaríamos hablando del euro digital o de las monedas digitales de bancos centrales con la seguridad y la y la atención con la que estamos haciendo y nuestras autoridades, dedicando muchos esfuerzos y recursos a ello. Si, por ejemplo, en el año 2019 Facebook no hubiera anunciado su propósito, interés de emitir una cybercoin. O, por ejemplo, hoy no estaríamos quizá tan rodeados de una tecnología que no es nueva, no es de los años 80 procedente de Japón.

O sea, hemos convivido con ella sin hacerle mucho caso durante décadas y ha tenido que venir. Hemos tenido que sufrir una pandemia mundial para que finalmente en España, en Europa, me atrevería a decir, estemos siendo usuarios muy activos del código QR, del código BIDI, que sí, que es un elemento esencial en los sistemas de pagos en países asiáticos, no solo en China, sino muchos otros.

Y también está siendo un elemento esencial por su bajo coste y la facilidad de distribución en muchos países de América Latina y Caribe, ¿no? Y bueno, y ya lo tenemos aquí también y es algo que, ya hace no muchos años negábamos que íbamos a convivir con ellos.

Donde no me veo aún es pagando en criptomonedas, ya sea bitcoin, favicoin o aficoins.

No sé si quizá entendería esas coins, esos activos digitales en un ecosistema o en una iniciativa cerrada con un propósito muy concreto o un público muy específico. Porque antes mencionabas las tres funciones básicas del dinero. ¿Hoy en día creo que los activos no las cubren no? ¿Esto es muy desubicada?

Javier: No, yo creo que tienes toda la razón, desde luego las criptomonedas o los cripto activos como medios de pago siempre estará muy en duda si no tienen un soporte, una garantía legal que permita la tranquilidad sobre su uso al usuario. Se podrá utilizar para casos concretos con fines especulativos, pero para una generalización masiva necesita que haya esa tranquilidad, ese respaldo legal de regulatorio, de saber qué es lo que pasa en determinados escenarios respecto de su uso.

Pero dices bien que incluso en escenarios cerrados, pues el caso de Libra de Facebook podría ser cerrado, pero abierta a tantos miles de millones de personas que es una jurisdicción más grande que ninguna otra en el mundo. Yo recuerdo que a mis alumnos muchas veces les planteaba la pregunta de si el dinero del Monopolio era dinero y se liaban entre sí. La respuesta que yo les daba es que es un medio de pago respecto de las reglas del juego.

Efectivamente, te permite comprar casas y comprar propiedades y vender y pagar las multas de la caja, comunidad, etcétera. En las reglas del juego, en la jurisdicción del Monopolio es un dinero. Una criptomoneda en las reglas del juego es un dinero, porque en una medida o en otra, mejor o peor, pues cumple las funciones estas de un depósito de valor o unidad de cuenta y medio de pago. Pero puede ser con fricciones, por tanto, yo creo que el mundo este de, lo cripto, sí que necesita un poquito más de maduración, de entendimiento, de que la regulación sepa establecer reglas para para su funcionamiento que permita un uso fiable por parte de los usuarios. Todavía nos falta.

Decías también lo del QR. Efectivamente, el cómo vaya a aprender esta innovación que no es tan innovación. Pero bueno, el cómo iniciador de pagos a través de un dispositivo móvil, por ejemplo, pues habrá que ver que aceptación tiene el público, habrá que ver si es una tecnología que sé despliega bien, que es flexible, que es ágil, que es económica, que es sobre todo aceptada por los usuarios.

Muchas veces somos incapaces de predecir porque no sabíamos si para la lectura de una carta, de un menú, un restaurante nos íbamos a adaptar al uso del código QR y parece que nos hemos adaptado bien. Pues a lo mejor cabe pensar también que para determinados nichos, para determinados usos, estas tecnologías u otras, porque en paralelo al QR está el NFC, que es el que permite los pagos y contacto en las tarjetas.

Pero está también el uso de alguna tecnología Bluetooth, que también, pues habilitaría la iniciación a la comunicación de dispositivos en que ahora mismo no somos capaces de predecir. Como también nos cuesta predecir el cómo serán los pagos en el mundo del internet de las cosas y cómo las máquinas se hablarán entre ellas y se harán pagos entre ellas, siguiendo reglas, por supuesto, impuestas por los usuarios, pero de una manera mucho más automática, muchísimo más transparente que los pagos que ahora ya nos parecen transparentes, que no sabemos que estamos pagando de una manera, a lo mejor pago por uso, pago más continuado, pagos mucho más automatizados, pagos programables. Todo ese mundo. Pues yo no tengo muchísima imaginación, pues me cuesta ver cómo evolucionará y cómo será de aquí a siete años, por ejemplo, en 2030.

Yo me reconozco incapaz de decir cómo serán los pagos en ese mundo del internet de las cosas para el que todavía no ha habido una eclosión, no ha habido una generalización de su uso. Pero todos pensamos que efectivamente habrá muchos beneficios y muchas ganancias en comodidad, en valor, en rapidez, en seguridad, cuando eso también esté maduro y permita un flujo de pagos mucho más ágil y mucho más conveniente para los usuarios.

Verónica: En ese mundo hiperconectado que estamos ya en los albores, ese internet de las cosas, a diferencia del análogo del analógico, ¿no? En este mundo digital hay una capa imprescindible de seguridad que es muy invisible a nuestros ojos en una sucursal bancaria, pues vemos cámaras de seguridad, presentamos nuestro DNI físico para que nos identifique, firmamos papeles, hay dinero físico guardado en cajas fuertes, hay personal de seguridad.

La seguridad es hoy fundamentalmente ciberseguridad. Es un área técnica, tecnológica en constante innovación, porque los malos también innovan, ¿no? Y porque no decirlo, es también una interesante profesión de presente y de futuro para tener en cuenta ¿no?

Las innovaciones en materia de ciberseguridad se presentan en todas las fases de la cadena de valor de los pagos, desde aquella en la que las personas usuarias emitimos pagos, para lo que nos tenemos que autenticar de forma cada día más imperceptible, usando la biometría, por ejemplo, hasta formas que forman parte de una infraestructura esencial como la que nos has explicado al inicio de tu intervención, como es el corazón del sistema de pagos en España, no en la Cámara de Compensación, sobre seguridad, fraude, seguridad física digital.

Javier: Como muy bien has dicho, ahora donde hay un valor hay siempre el riesgo de que alguien se quiera apropiar de él. Y en el mundo físico, pues las medidas seguridad como los has mencionado, los vigilantes de seguridad, las cajas fuertes, las puertas blindadas son muy visibles. En el mundo digital esto es mucho más difícil de visualizar, pero sí es cada vez más importante porque hay muchísimo más valor en el mundo digital que en una sucursal física de una entidad bancaria.

Yo el mensaje que quiero trasladar es que se trabaja muchísimo, que es la preocupación constante de los profesionales de los pagos. Una de ellas, la fundamental, es la de ciberseguridad. Nunca se está suficientemente satisfecho. Uno de las medidas que se han impuesto. Siempre hay una probabilidad de algún ataque que siempre hay, hay permanentemente, hay ataques de hackers, de delincuentes digitales de manera permanente.

Siempre hay alguna probabilidad de que alguno de esos ataques tenga éxito. Es una preocupación constante. La inversión y el esfuerzo que se hace en preservar esa seguridad es desde el eslabón más pequeño, desde los sistemas de una entidad pequeña hasta la cámara hasta el conjunto de las autoridades. Haciendo vigilancia sobre los cibercrímenes y cómo prevenirlos. Sobre todo, como prevenirlos también como perseguirlos. Pero, sobre todo, lo importante es prevenirlos. Es una preocupación muy generalizada y el esfuerzo y el tiempo que se dedica a estas labores que no se ve. Es verdad que no se ve porque no se va por la calle diciendo tenemos tantos sistemas de prevención, de ataques a la seguridad.

Pues que sepan los usuarios que sí que están ahí, que, desde el sector privado como el público a esto le prestan una atención muy, muy importante y se ponen todas las medidas que se puede para luchar contra los ataques a la ciberseguridad. ¿Y el otro? Otra faceta es el mundo del fraude, que es también muy propio del mundo de los pagos.

Tampoco se suele hablar mucho de esto. No es un tema que sea muy, muy apetitoso, pero es verdad que también es fundamental en eso que el público sea consciente que puede ser objeto de fraude, que imponga sus medidas de seguridad, que entienda por qué hay esos mecanismos de autenticación que a veces son un poco pesados.

Pero sobre todo a que obedece. A lo que se tiende es a preservar al propio usuario. A veces con esto de la doble autenticación o la autenticación reforzada, yo entiendo que pueda ser incómodo en algunas ocasiones, pero el objetivo es fundamental, es sobre todo prevenir situaciones de fraude, de suplantación de personalidad, etc. Hay una infinidad de casos y también eso es una lucha permanente contra esa lacra que es el fraude, que al final lo acabamos pagando todos.

Es verdad que sí, la lucha suele ser bastante efectiva. No hay unos niveles de fraude que sean escandalosos, pero todo fraude es indeseable. O sea que incluso con niveles asumibles de fraude hay que seguir permanentemente la lucha. Que sepan los usuarios, que también que se persigue, que esa es otra gran preocupación permanente de los profesionales en pagos el prevenir y el luchar contra el fraude.

Verónica: Bueno Javier, nos hemos dejado algún otro tema el tintero, porque ya veis que los pagos digitales también da para mucho, parafraseando al Principito, aunque en los pagos digitales son esenciales en nuestra vida y lo esencial es invisible a nuestros ojos, eso yo creo que es un claro ejemplo de un proceso, un gesto, unas reglas de juego, unas infraestructuras, unas, unos acuerdos, unas decisiones estratégicas que van mucho más allá y que también depende, no de cuál es, cuáles son nuestros hábitos, nuestras preferencias y, y en definitiva, que tenemos a nuestra disposición para poder realizar y recibir pagos en nuestra vida.

Son hábitos que vamos adoptando y pero que también está muy condicionado, como hemos visto, de donde nos encontremos, cuáles sean esos operadores, proveedores, servicios de pago y luego lo digitales que estamos llegando a ser en esta faceta de nuestra vida que como digo es esencial e invisible a nuestros ojos.

Si tuviera que resumir nuestra conversación de hoy en una sola frase, lo voy a repetir. Yo diría que lo esencial es invisible a nuestros ojos y los pagos digitales creo que se adecua muy bien a esos atributos de esencialidad e invisibilidad.

¿Tú, Javier, qué dirías?

Javier: En resumen, una de las analogías que hago es cuando una persona hace un pago con tarjeta en un comercio o hace un Bizum para pagar unas cañas con unos amigos. Es un gesto sencillo, es simple. La simpleza o la simplicidad al máximo y por supuesto, el usuario no se da cuenta de todo lo que hay detrás. La liquidación en dinero del Banco Central, unas tecnologías de las que no ha oído hablar.

Yo creo que la labor del profesional en pagos es hacer sencillo lo que es muy complejo de gestionar y traducir esa complejidad, esa maraña de factores que coinciden en que la experiencia del usuario sea sencilla y satisfactoria.

Verónica: Sencillez y satisfacción. Hacerlo complejo, sencillo y conveniente y satisfactorio.

Pues Javier, muchísimas gracias por esta conversación, ha sido tan interesante. Gracias por acompañarnos y a todos vosotros y vosotras muchísimas gracias por escucharnos. Los esperamos en una próxima entrega.