El comportamiento financiero de los hogares en las dos primeras décadas del siglo XXI viene condicionado por la confluencia de grandes tendencias estructurales -no exentas de disrupciones- tanto en el ámbito económico-financiero como en el demográfico, y que van a impactar en las magnitudes agregadas de las finanzas de los hogares y en su distribución de dentro de ese conjunto heterogéneo que conforman los casi 19 millones de hogares españoles.